Iberia advierte a los pilotos de que sus huelgas pueden afectar al salario del resto de la plantilla

La empresa y el SEPLA reanudan hoy las negociaciones para evitar los paros previstos

El consejo (formado por representantes de British Airways, American, Caja Madrid, BBVA, Logista, El Corte Inglés, Ahorro Corporación y seis independientes) no ofreció ninguna sorpresa al apoyar a la dirección de la empresa. Analizó el impacto de la huelga de 10 días (el pasado 19 de junio; el 3, 10, 17 y 24 de julio, y el 7, 14, 21, 28 y 31 de agosto) y señaló las notorias diferencias con otros colectivos. Según fuentes cercanas al consejo, el consejo considera que la compañía debe mantenerse firme en su postura negociadora ya que su oferta para los pilotos es 'generosa y justa y, por tanto, r...

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El consejo (formado por representantes de British Airways, American, Caja Madrid, BBVA, Logista, El Corte Inglés, Ahorro Corporación y seis independientes) no ofreció ninguna sorpresa al apoyar a la dirección de la empresa. Analizó el impacto de la huelga de 10 días (el pasado 19 de junio; el 3, 10, 17 y 24 de julio, y el 7, 14, 21, 28 y 31 de agosto) y señaló las notorias diferencias con otros colectivos. Según fuentes cercanas al consejo, el consejo considera que la compañía debe mantenerse firme en su postura negociadora ya que su oferta para los pilotos es 'generosa y justa y, por tanto, razonable y asumible sin que se ponga en peligro el futuro de la aerolínea'. Fuentes del SEPLA mostraron su 'total respeto' a la decisión del consejo.

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En este sentido, la última oferta de la empresa, consistente en un convenio de cuatro años, con el IPC real más 0,5% puntos ligados a mejoras de productividad y una paga no consolidable de 1.000 millones de pesetas, que debe repartirse entre 1.850 pilotos, y otro 5,47% de subida que se ligaría a los resultados previstos ya desde este año, supone, según el consejo, una oferta acorde con los 'criterios de eficacia en la gestión de cualquier empresa'.

El consejo echó leña al fuego al enfrentar a los pilotos al personal de tierra. En un comunicado, subrayó el hecho de que los 18.000 trabajadores de tierra de la empresa firmaron un convenio colectivo que ligaba parte de sus retribuciones a una mejora de resultados y que ahora pueden truncarse. Este colectivo firmó un convenio con una subida salarial igual al IPC previsto para los años 2001 y 2002, con cláusula de revisión. Además, se le dará un 0,5% adicional con medidas de productividad para el año 2001. También está prevista una paga global de 2.000 millones de pesetas para repartir entre los 18.000 trabajadores.

Nuevo modelo

También el consejo decidió modificar su estrategia y recortar su política de crecimiento. Iberia reducirá la próxima temporada que comienza 35.000 horas de vuelo (el 7,6%) sobre las 460.000 horas actuales. Asimismo, paralizará la contratación de pilotos, retrasará la recepción de aviones y cerrará algunas rutas para asegurar los niveles de rentabilidad. Estas medidas obedecen al cambio de tendencia del mercado de la aviación comercial, pero se han acelerado por la huelga de pilotos. El conjunto de medidas supondrá una merma de los ingresos de 30.000 millones.

El consejo de Iberia aprobó también una reordenación de la estructura de la compañía. Siguiendo los objetivos marcados en el plan director 2000-2003, se creó la primera de las unidades de negocio de que constará la compañía, la operadora, es decir, la que realiza los vuelos. Esta división de negocio va unida a la holding que tendrá las acciones de las demás divisiones, y se denominará aerolínea. Su director general es Eduardo Donaire, hasta ahora director comercial de la compañía.

La división aerolínea pasa a asumir funciones que antes reportaban directamente al consejero delegado de la compañía y al presidente. Una de ellas es la de operaciones, bajo la responsabilidad directa de un piloto que, además, pierde una de sus atribuciones, la de gestión y planificación de flota. Esta función, que hasta ahora dependía de operaciones y llevaba también un piloto, pasa a englobarse en la unidad de gestión de la producción, y deja de ser ejercida por un piloto. Además, de aerolínea dependerá también la unidad de desarrollo técnico, control económico, dirección comercial, una nueva dirección que es la de relación con el cliente, y servicio a bordo, encargada de todo lo relacionado con los tripulantes de cabinas de pasajeros.

Aerolínea es el primer paso de la nueva estructura de Iberia y se adelanta en el tiempo sobre las últimas previsiones. A principio del año que viene se irá poniendo en funcionamiento el resto de la estructura, consistente en la creación de cuatro unidades de negocio más como sociedades independientes. Serán las de material, sistemas (informática), carga y aeropuertos (handling). Iberia dará cabida en ellas a otros socios, pero tendrá la mayoría.

La creación de esas unidades de negocio requiere, entre otras cosas, la negociación con los sindicatos para acordar los modos de segregación de la plantilla.

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