Reportaje:

Hospitales de jóvenes para una población anciana

Los servicios sanitarios no se han adaptado todavía a las necesidades de los ancianos, que son sus principales usuarios

La tendencia a la incapacidad es la principal característica diferencial de la enfermedad aguda o crónica cuando se presenta en las personas ancianas. Este hecho incrementa además notablemente que el paciente geriátrico sea el principal usuario de los servicios sanitarios en los países desarrollados, según Leocadio Rodríguez Mañas, presidente de la Sociedad Española de Medicina Geriátrica (SEMEG). Para esta sociedad científica, el progresivo envejecimiento de la población en las sociedades industrializadas convierte a la persona mayor en 'el paciente realmente contemporáneo, y se requiere una ...

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La tendencia a la incapacidad es la principal característica diferencial de la enfermedad aguda o crónica cuando se presenta en las personas ancianas. Este hecho incrementa además notablemente que el paciente geriátrico sea el principal usuario de los servicios sanitarios en los países desarrollados, según Leocadio Rodríguez Mañas, presidente de la Sociedad Española de Medicina Geriátrica (SEMEG). Para esta sociedad científica, el progresivo envejecimiento de la población en las sociedades industrializadas convierte a la persona mayor en 'el paciente realmente contemporáneo, y se requiere una adaptación del sistema sanitario a sus necesidades'.

Las previsiones de la Organización de Naciones Unidas (ONU) sugieren que para el año 2025 el 22% de la población mundial tendrá más de 65 años, porcentaje que aumentará sensiblementemente si sólo se considera la población de los países desarrollados. El número absoluto de mayores de 65 años se ha multiplicado por más de seis y sobrepasará los 8,5 milllones en 2025. El número de personas muy mayores (octogenarios, nonagenarios y centenarios) se triplicará de 1980 a 2025 y alcanzará los 2,3 milllones, esto es, el 6% del total poblacional.

La SEMEG considera urgente la adaptación del Sistema Nacional de Salud (SNS) a las necesidades de los ancianos, que son el 'primer usuario de los servicios sanitarios, tanto por imperativo demográfico como por las especiales características de la enfermedad en este grupo de población'.

Rodríguez Mañas, que, junto al geriatra Juan José Solano Jaurrieta, ha coordinado el libro recién publicado Bases de la atención sanitaria al anciano, afirma que 'con mucha más frecuencia de lo deseable el anciano se incapacita durante su ingreso hospitalario por un proceso agudo, que no crónico, y esto podría prevenirse en el 50% de los casos con la creación de más servicios hospitalarios de geriatría en todo el territorio nacional'.

La SEMEG propugna una atención sociosanitaria a la persona mayor 'digna, continua y muy bien coordinada entre todas las instancias implicadas, como la atención primaria, la atención especializada extrahospitalaria, los servicios geriátricos hospitalarios y los recursos sociales'.

De acuerdo con Rodríguez Mañas, el anciano se ha convertido en protagonista indiscutible de los servicios sanitarios, porque la población 'enferma más tarde, lo que hace que la carga de la enfermedad se concentre en los sectores más envejecidos'. A este hecho hay que añadir que el anciano suele sufrir pluripatología y enfermedades crónicas, que afectan a varios órganos y sistemas fisiológicos a la vez y que generan incapacidad y pérdida de autonomía.

Utilización de servicios

'Esto no significa', aclara, 'que los ancianos abusen de los servicios sanitarios. Ellos los utilizan porque los necesitan. Incluso a veces los geriatras observamos el fenómeno contrario: el propio anciano se retrotrae a la hora de consultar y se produde una infrautilización de los recursos sanitarios por parte de este grupo de población, que no se corresponde con las necesidades reales'.Por ello, a juicio de Rodríguez Mañas, es necesario ir creando una infraestructura sociosanitaria, que 'se adecúe a las exigencias que plantea la población envejecida y que se anticipe a sus demandas'. El presidente de la SEMEG insiste en la posibilidad de prevenir la incapacidad funcional en los ancianos, que incluye la creación de servicios de geriatría en los hospitales de agudos. Considera igualmente que la investigación básica y clínica del envejecimiento debe ser una prioridad absoluta del SNS español.

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