El Consell sólo autorizó 440 hectáreas de los miles que se han puesto en riego

Todas las transformaciones agrarias que afecten a terrenos de entre 25 y 100 hectáreas requieren necesariamente la emisión de una estimación de impacto ambiental por parte de la consejería, que a juicio de los ecologistas no es muy rigurosa. Y las que superen las 100 hectáreas necesitan una evaluación de impacto ambiental, una tramitación más precisa.

Este diario ya informó en diciembre pasado de que, pese a las manifestaciones del Consell referentes a que se estaban frenando las autorizaciones sobre trasformaciones agrarias para no aumentar la demanda hídrica de la Comunidad Valenciana...

Todas las transformaciones agrarias que afecten a terrenos de entre 25 y 100 hectáreas requieren necesariamente la emisión de una estimación de impacto ambiental por parte de la consejería, que a juicio de los ecologistas no es muy rigurosa. Y las que superen las 100 hectáreas necesitan una evaluación de impacto ambiental, una tramitación más precisa.

Este diario ya informó en diciembre pasado de que, pese a las manifestaciones del Consell referentes a que se estaban frenando las autorizaciones sobre trasformaciones agrarias para no aumentar la demanda hídrica de la Comunidad Valenciana, la consejería había tramitado hasta 200 expedientes en los últimos tres años. 200 expedientes que afectaban necesariamente, dada las superficies que marca la ley de Impacto Ambiental, a un mínimo de 5.000 hectáreas y a un máximo de 20.000 siempre que todas hubiesen resultado favorables.

Sin embargo, la Consejería de Medio Ambiente se ha negado reiteradamente a facilitar tanto las cifras exactas de la superfie autorizada para ponerse en cultivo como las del aumento de la superficie de regadío que se había autorizado. Quizá porque el PP valenciano se encontraba inmerso en una campaña de defensa del Plan Hidrológico Nacional, en cuya argumentación para exigir los recursos de un trasvase desde el Ebro se debía minimizar el aumento de demanda hídrica de la Comunidad.

Ante la negativa del departamento de Modrego a dar todos estos datos, el presidente de los ecologistas ha optado por revisar una a una todas las declaraciones y estimaciones de impacto ambiental tramitadas en los últimos tres años. En concreto, ha revisado 145 expedientes, 58 correspondientes a 1998, 71 de 1999 y 16 del año pasado (se tramitaron más pero el análisis sólo se refiere a los que se resolvieron antes de final de año). De ellos, sólo 17 peticiones se resolvieron desfavorablemente, 77 se declararon aceptables y otras 51 se permitieron sólo en parte de la superficie solicitada.En total se autorizó la transformación en 440 hectáreas de la Comunidad para su puesta en cultivo, de las que aproximadamente 340 se destinaron a cultivo de cítricos. Según Agró, no es posible dar cifras exactas porque algunos expedientes no dan superficies o faltan datos en algunos de los que se autoriza parcialmente la transformación.

Superadas con creces

'Un simple paseo por La Plana Baixa, La Safor o La Serranía', asegura Víctor Navarro, presidente de Agró, 'evidencia que la superficie transformada ilegalmente y, por tanto, no sometida al escasísimo control que supone el sometimiento a la estimación de impacto ambiental, es muchísimo mayor'. Según Navarro, las transformaciones en estas comarcas, por poner ejemplos, superan con creces a las que realmente se han autorizado.

Aún así, es en una de estas tres comarcas donde más expedientes ha resuelto Medio Ambiente. La Plana Baixa acumula hasta treinta solicitudes. Sólo en Onda cuenta con 11 expedientes, de los que dos se han resuelto favorablemente y otros nueve parcialmente. En La Vall d'Uixó se han resuelto cuatro favorablemente y dos parcialmente, y en La Llosa cinco y uno respectivamente.

Por contra, en Los Serranos, comarca que según los ecologistas ha sufrido multitud de transformaciones, sólo cuenta con cuatro expedientes autorizados, dos en Pedralba, uno en Chelva y otro en Gestalgar.

Los municipios con más transformaciones autorizadas son Enguera, con seis expedientes, Callosa d'en Sarrià (5), L'Alcora (4), Caudiel (4), Sagunto (4) y Barxeta (4).

El estudio de Agró, de momento sólo en su primera fase, intenta conocer la disminución de superficie forestal por las transformaciones, cuantificar las necesidades de agua de los nuevos regadíos y evaluar la metodología de las estimaciones y evaluaciones de impacto de la consejería.