El Gobierno cambia por primera vez en ocho años la protección de Urdaibai

El llamado Plan Rector de Uso y Gestión se aprobó en 1993 y fue el primer instrumento normativo que regulaba la protección de Urdaibai, declarada como reserva de la biosfera por la Unesco en 1984 y que abarca una superficie de 230 kilómetros cuadrados. El plan imposibilitaba prácticamente actuaciones urbanísticas -sólo en áreas urbanas de los municipios y en núcleos consolidados de caseríos-, imponía fuertes restricciones a las plantaciones forestales y establecía que la gestión de la reserva correspondía al Departamento de Medio Ambiente, en detrimento de la Diputación.

Desde 1993, no ...

El llamado Plan Rector de Uso y Gestión se aprobó en 1993 y fue el primer instrumento normativo que regulaba la protección de Urdaibai, declarada como reserva de la biosfera por la Unesco en 1984 y que abarca una superficie de 230 kilómetros cuadrados. El plan imposibilitaba prácticamente actuaciones urbanísticas -sólo en áreas urbanas de los municipios y en núcleos consolidados de caseríos-, imponía fuertes restricciones a las plantaciones forestales y establecía que la gestión de la reserva correspondía al Departamento de Medio Ambiente, en detrimento de la Diputación.

Desde 1993, no ha habido grandes cambios salvos las adaptaciones de los municipios a este plan, ampliaciones de áreas industriales o cambios en núcleos rurales. 'Y luego también se han modificado errores de cartografía sobre ubicación de yacimientos arqueológicos, áreas de interés cultural. Todo esto, con lo anterior, se pone en los planos y supone una puesta al día de los cambios que se han ido realizado', señala Xabier Arana, director del Patronato de Urdaibai, el órgano de gestión de la reserva.

Sector forestal

La modificación más importante afecta al sector forestal, que ha sido también el más crítico con el plan de protección por las grandes afecciones a las plantaciones. Se reducirán las distancias mínimas con las viviendas para implantar especies arbóreas, que ahora son de 150 metros, a los 90 metros 'en las zonas de interés agrario y los suelos rústicos comúnes, que son de la de mayor valor agrícola', apunta Arana. La propuesta supone un término medio frente a la distancia que establece la Diputación fuera de Urdaibai, que es de 45 metros. Con el cambio se ampliarán las áreas de plantaciones y se satisfacen parte de las demandas de los forestalistas, un sector de gran peso en Vizcaya.

Además, se incluye una nueva delimitación del área de protección de encinares, cuya zona de mayor defensa se amplía en 119 hectáreas para alcanzar las casi 1.600, y se especifican las tipologías de alojamientos turísticos, que hasta ahora no existen. Así, los agroturismos se implantarán en los suelos de interés agrario, rústico común y núcleos de población; las casas rurales, en estos dos últimos y los hoteles rurales, únicamente en áreas consideradas como núcleos de población.

Las modificaciones no afectan a la construcción de chalets y caseríos, cuyas grandes restricciones se mantienen. La nueva normativa será más flexible en la rehabilitación de caseríos existentes pero tendrá mayor rigidez en las posibilidades de ampliación de las superficies, que ahora es del 25% en todos los casos. 'Según las características de la construcción y el área donde esté ubicada, la ampliación puede prohibirse o establecer distintos tramos hasta ese 25%', explica el director del Patronato. Además también variarán los requisitos para considerar una edificación vinculada a explotación agraria, uno de los mecanismos a los que los vecinos de Urdaibai han tratado de recurrir para poder construir viviendas.

El cambio del plan de protección de la reserva se aprobará a lo largo de este año por el Gobierno vasco. Aunque hubiera cambio de Ejecutivo, no es nada probable que afecte a su ratificación, ya que el documento ha sido consensuado durante el último año con los 22 ayuntamientos de Urdaibai, los departamentos implicados de la Diputación vizcaína y el Gobierno vasco y el Ministerio de Medio Ambiente. Para finales de este mes terminará el periodo de información pública y, tras varios trámites formales, pasará al Gobierno vasco para su aprobación definitiva.

Si no fuera por las inminentes elecciones, la modificación del plan podría estar antes del verano, pero, debido a la convocatoria electoral, lo más probable es que deba esperar hasta el último trimestre del año.