Álava es la provincia vasca que tuvo más dinero por habitante el pasado decenio

En 1992 por cada 100 pesetas con las que contaba la Diputación Foral de Vizcaya para un habitante, su homónima alavesa disponía de 121,7 y la guipuzcoana de 114,6. En 1995 esta diferencia se había acrecentado hasta 160,7 pesetas en Álava y 134,7 en Guipúzcoa. A partir de esa fecha y paulatinamente estas diferencias se han ido reduciendo. Pese a todo el pasado año por cada cien pesetas vizcaínas había 118,8 en Álava y 102 en Guipúzcoa. La evolución lleva a la convergencia, pero las previsiones para este año marcan aún 14,2 pesetas más en Álava que en Vizcaya y 1,6 pesetas menos que en Guipúzcoa...

En 1992 por cada 100 pesetas con las que contaba la Diputación Foral de Vizcaya para un habitante, su homónima alavesa disponía de 121,7 y la guipuzcoana de 114,6. En 1995 esta diferencia se había acrecentado hasta 160,7 pesetas en Álava y 134,7 en Guipúzcoa. A partir de esa fecha y paulatinamente estas diferencias se han ido reduciendo. Pese a todo el pasado año por cada cien pesetas vizcaínas había 118,8 en Álava y 102 en Guipúzcoa. La evolución lleva a la convergencia, pero las previsiones para este año marcan aún 14,2 pesetas más en Álava que en Vizcaya y 1,6 pesetas menos que en Guipúzcoa.

La cantidad de recursos por habitante tiene mucho que ver con una de las principales polémicas financieras que sacuden al País Vasco este año: la reforma de la Ley de Aportaciones, la que establece cómo se reparten los recursos dentro de Euskadi. Esta Ley debe ser reformada este año, es de carácter quinquenal, y ha sido fruto de múltiples discusiones. Tanto Álava como Vizcaya quieren alterar el actual sistema de reparto de recursos.

La Ley estructura este reparto de una forma vertical -distribución del dinero entre las instituciones comunes (Gobierno), las diputaciones y los ayuntamientos- y de una forma horizontal -lo que deben aportar las diputaciones, que son la que cuentan con los ingresos fiscales, a los gastos comunes-.

Cantidad excesiva

Tanto un modelo como el otro han sido criticados. El Gobierno se queda con el 66,25% de los recursos y las diputaciones con el 33,75%, de esta cantidad se da dinero a los ayuntamientos. La Diputación de Álava estima que esta cantidad es excesiva y que el Gobierno cuenta con más dinero que el que necesita para hacer frente a sus competencias.

En el modelo horizontal también se plantean problemas más graves. Los excesos y defectos en la recaudación pueden afectar a que un territorio deba acudir al llamado fondo de solidaridad (un mecanismo extraordinario pensado para compensar a las haciendas forales cuando no llegan con sus ingresos al 99% del coeficiente de aportación que les corresponde). Vizcaya se ha tenido que acoger en dos ocasiones y Guipúzcoa en una, el pasado año.

Los coeficientes de aportación el pasado año fueron: Álava (15,96%), Vizcaya (un 51,32%) y Guipúzcoa (32,721%). Estos coeficientes se determinan en proporción a la renta de cada territorio. Sin embargo, el criterio no ha determinado que el reparto de recursos sea equilibrado en los tres territorio. La fórmula que actualmente se establece para calcular el peso de cada territorio en las aportaciones quiere ser modificada tanto por Álava como por Vizcaya para que se acomode más a la realidad.