Cirujanos de Cruces realizan operaciones de cambio de sexo pese a la oposición de su dirección

Cirujanos del hospital de Cruces realizaron la semana pasada dos operaciones de cambio de sexo a un hombre y una mujer. Ambas intervenciones se realizaron en el Departamento de Cirugía Plástica del centro y consistieron en la implantación de mamas de silicona en el hombre y en la extirpación del pecho de la mujer. La dirección de Cruces ha expresado su oposición a estas intervenciones en un escrito interno en el que recuerda que la sanidad pública no financia la cirugía transexual. Una quincena de pacientes sigue actualmente tratamiento hormonal en el hospital vizcaíno.

A.G.L., de 26 añ...

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Cirujanos del hospital de Cruces realizaron la semana pasada dos operaciones de cambio de sexo a un hombre y una mujer. Ambas intervenciones se realizaron en el Departamento de Cirugía Plástica del centro y consistieron en la implantación de mamas de silicona en el hombre y en la extirpación del pecho de la mujer. La dirección de Cruces ha expresado su oposición a estas intervenciones en un escrito interno en el que recuerda que la sanidad pública no financia la cirugía transexual. Una quincena de pacientes sigue actualmente tratamiento hormonal en el hospital vizcaíno.

A.G.L., de 26 años, se siente aprisionado en su sexo de hombre y R.V.E., de 24, sufre la misma cárcel en el suyo de mujer. Ambos nacieron en un cuerpo que ven equivocado y desde hace tiempo anhelan derribar los barrotes que les encierran. El pasado 6 de marzo dieron un paso fundamental en esa transformación morfológica y fueron operados. Previamente, ambos habían seguido durante un año tratamiento hormonal en el Departamento de Endocrinología del hospital vizcaíno. Con anterioridad también fueron atendidos en la unidad de Psiquiatría del mismo centro. La siguiente fase era el implante de silicona y la extirpación de mamas, respectivamente.

'Que nadie piense que se opera a cualquiera que diga que se siente del otro sexo. Hay que llegar a una certeza absoluta. Y, cuando es así, el paciente tiene derecho a ser intervenido y el médico, la obligación ética de ofrecerle esa posibilidad. No se puede dejar el tratamiento a medias', explica un médico especialista de Cruces, que prefiere preservar su identidad.

Osakidetza cubre el tratamiento hormonal, pero desautoriza el quirúrgico, así que las dos últimas intervenciones transexuales realizadas casi de manera reservada han colocado a la dirección de Cruces frente a los médicos implicados. Un día después de las operaciones, el Departamento de Cirugía Plástica del hospital recibió un escrito de su gerencia en el que se recordaba que 'la cirugía de cambio de sexo, salvo la reparadora en estados intersexuales patológicos (malformaciones)' está excluida de las prestaciones sanitarias del sistema nacional de salud y resaltaba que la prohibición incluía a los pacientes en lista de espera.

El Servicio Andaluz de Salud, en una comunidad que, como la vasca, tiene plenas competencias en Sanidad, asumió las operaciones de cambio de sexo en febrero del pasado año después de que el Parlamento autonómico aprobara una proposición no de ley para que su sanidad costeara las intervenciones. Desde marzo pasado, el hospital Carlos Haya de Málaga, es el único autorizado a practicar intervenciones de ese tipo en España. En octubre último, más de un centenar de pacientes transexuales estaban en sus listas de espera. Algunos de ellos proceden de la comunidad vasca.

'Eso es lo que puede esperar a los dos pacientes que acabamos de operar y a otros que se encuentran a la espera si continúa la prohibición de seguir adelante con las intervenciones genitales. Pero ésa no es la mejor solución porque algunos no quieren ir a Málaga o simplemente no pueden. Es una falta absoluta de respeto; una especie de tráfico humano de pacientes', aseguran los médicos.

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Actualmente, una quincena de personas, entre mujeres y hombres a partes casi iguales, sigue tratamiento hormonal en el Departamento de Endocrinología de Cruces. El 75% de ellos, según estimaciones médicas, pedirá la intervención de genitoplastia feminizante (de hombre a mujer) y masculinizante (de mujer a hombre). Cada dos o tres meses un paciente acude a Cruces en busca de ayuda para cambiar de sexo. La disforia de género constituye una demanda minoritaria, pero genera mucho sufrimiento.

La exclusión de las prestaciones previstas por la sanidad pública no ha impedido que Cruces lleve realizando más de una década operaciones de cambio de sexo. Durante este tiempo, sus servicios médicos han realizado una cincuentena, según las fuentes informantes.

La ciencia médica considera desde 1949 una patología poseer biológicamente un sexo e identificarse psicológicamente con el contrario. Un estudio norteamericano señala que un hombre de cada 30.000 y una mujer de cada 100.000 sufre esta patología.

El Consejo de Europa instó en 1989 a los Estados miembros a proporcionar 'tratamientos integrales' a los transexuales. Los médicos consultados insisten que detrás de la negativa de la dirección de Cruces subyace un problema ideológico: 'Siguen pensando que es un vicio, no una enfermedad'.

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