Reportaje:

Un mapa del arte español

La vocación por el arte suele rondar a dos de cada cien personas. Eso dicen. Aunque muchas de ellas se frustran, unas cuantas entran en el olvido y sólo unas pocas logran ser reconocidas, o al menos nombradas, o ver escritos sus nombres en sus pueblos o ciudades.

Y de más de veinte mil de ellas oyó hablar durante el siglo pasado España, según el mapa de las artes plásticas españolas, que se acaba de levantar, tras once años de investigación, bajo el título de Diccionario de pintores y escultores españoles del Siglo XX (Forum Artist). Son 15 tomos que dan cuenta de 20.652 creadore...

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La vocación por el arte suele rondar a dos de cada cien personas. Eso dicen. Aunque muchas de ellas se frustran, unas cuantas entran en el olvido y sólo unas pocas logran ser reconocidas, o al menos nombradas, o ver escritos sus nombres en sus pueblos o ciudades.

Y de más de veinte mil de ellas oyó hablar durante el siglo pasado España, según el mapa de las artes plásticas españolas, que se acaba de levantar, tras once años de investigación, bajo el título de Diccionario de pintores y escultores españoles del Siglo XX (Forum Artist). Son 15 tomos que dan cuenta de 20.652 creadores de pinturas, esculturas, dibujos y grabados cuyo rastro han seguido 123 expertos, dirigidos por Mario Antolín Paz, presidente de la Asociación Madrileña de Críticos de Arte.

Una obra que recuerda que el paisaje del arte español no sólo está poblado por Picasso, Dalí, Miró y Gargallo. Aunque son cuatro pilares sobre los que giran otros nombres más o menos prestigiosos, más o menos admirados y más o menos polémicos. Un territorio desvelado ahora con 'una obra de consulta obligada para artistas y curiosos, debido a su carácter biográfico y crítico de cada uno de los nombres reseñados', dijo Juan Manuel Bonet, director del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, durante la presentación del diccionario en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, en Madrid.

Pero la exploración por el mundo artístico español no se detiene. Y el primer apéndice ya está en marcha. Son 2.000 nuevos artistas, sobre todo aquellos que han cuajado en los últimos años, teniendo en cuenta que la filosofía del diccionario es 'incluir y no excluir, sin distinciones de ideologías ni de tendencias estéticas o escuelas y servir de obra de referencia', afirma Antolín Paz.

El objetivo es levantar una cartografía artística lo más fiel posible a la realidad, con textos y cerca de 7.000 ilustraciones en color. Eso implica subsanar el silencio en el que cayeron algunos artistas tras la guerra civil, 'una brecha terrible en la que muchos de ellos tomaron posiciones en uno u otro bando, incluso a costa de sus propias vidas, el exilio o el olvido', agrega el director del proyecto. Los apéndices actualizarán la obra cada dos o tres años, es decir, que se han dado los primeros pasos para empezar a vislumbrar el panorama artístico español del siglo XXI.

Por lo pronto, el resultado de estos 11 años de trabajo, del estudio de 6.000 libros y 20.000 documentos de archivos y hemerotecas, se convierte en el esfuerzo más importante hecho en la literatura artística del país. El precio del diccionario completo es de 97.500 pesetas (6.500 cada tomo). Aunque esta obra tiene tres diccionarios que la preceden: el de Fernando de Blas en los años 50, con 500 fichas; el de Antonio Manuel Campoy en los años 70, con 700 fichas; y el de Francisco Calvo Serraller con más de mil notas recogidas en dos tomos.

Con estos antecedentes, el proyecto nació en 1989 con la intención de llamarse Diccionario de pintores españoles del Siglo XX, y aspiraba a recoger unos 7.000 nombres en, tal vez, cinco tomos. ¿Cómo es que, entonces, aparecen ahora más de 20.000 artistas y pronto 23.000? 'Pues porque cuando empezamos esta aventura con Wifredo Rincón García y José Luis Morales y Marín', recuerda Antolín Paz, 'sólo pretendíamos hablar de obra pictórica, pero nos preguntamos ¿y la escultura? Entonces no quisimos cometer otra injusticia más con esta expresión artística un tanto marginada en España'. Así, a medida que avanzaban los años noventa, el equipo de investigadores (críticos, artistas, historiadores y catedráticos)crecía por todo el país y con ellos el número de pintores y escultores, hasta elevar el diccionario a siete tomos, a nueve, a once... Después decidieron ampliar las fronteras a los grabadores, ilustradores y figuras destacadas del diseño gráfico, con lo cual pasaron a ser doce tomos, trece, catorce... Y cuando creían que habían acabado, les rondó otra duda: ¿Y los grandes personajes como escritores que también indagaron o expresaron su sensibilidad en otras formas estéticas? Es entonces cuando surgen autores como Unamuno, García Lorca, Alberti, Mihura, Juan Ramón Jiménez,Max Aub... Fue así como los cinco tomos originales se convirtieron en quince, con 4.726 páginas que se abren con Abad, Jaume (Palma de Mallorca, 1907) y se cierran con Zush (Barcelona, 1946). Y entre ellos, figuras de comienzos de siglo como Gris, de otras que surgen a mediados del XX como Saura, Tàpies o Chillida, o de quienes cierran la centuria, como Barceló, Leiro, Iglesias, Solano o Sicilia. Todos en riguroso orden alfabético, acompañados de una escueta biografía, una valoración de la obra y reseña de algunas de sus exposiciones. De esta manera, 'se cubre un vacío en la bibliografía del arte español', aseguró Álvaro Delgado, miembro de la Real Academia de San Fernando.

Kiki de Montparnasse (1928), del escultor Pablo Gargallo.
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