Una enfermera húngara reconoce haber matado a 40 ancianos

La policía húngara investiga el caso de una enfermera sospechosa de haber practicado la eutanasia a decenas de ancianos cuando trabajaba en el servicio nocturno del hospital Gyula Nyiroe, en Budapest. La eutanasia está prohibida en Hungría.

El jefe del departamento constató que varias personas habían fallecido recientemente durante el servicio nocturno de dicha enfermera y se lo comunicó al director del centro hospitalario, que inmediatamente alertó a la policía, según explicó él mismo a una radio de la capital húngara.

La enfermera tiene 23 años y, tras ser detenida el pasado s...

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La policía húngara investiga el caso de una enfermera sospechosa de haber practicado la eutanasia a decenas de ancianos cuando trabajaba en el servicio nocturno del hospital Gyula Nyiroe, en Budapest. La eutanasia está prohibida en Hungría.

El jefe del departamento constató que varias personas habían fallecido recientemente durante el servicio nocturno de dicha enfermera y se lo comunicó al director del centro hospitalario, que inmediatamente alertó a la policía, según explicó él mismo a una radio de la capital húngara.

La enfermera tiene 23 años y, tras ser detenida el pasado sábado, reconoció haber realizado 21 prácticas de eutanasia. En los diarios de más tirada del país, como el Nepszabadsag, se cuenta estos días el caso del ángel negro: así bautizaron los colegas del hospital a esta joven enfermera cuando observaron que el centro certificaba una defunción cada vez que ella estaba de servicio.

La cadena de televisión TV2 afirmó que la joven reconoció haber practicado desde enero pasado hasta 40 casos de eutanasia en personas gravemente enfermas. La enfermera confesó haber inyectado sedantes y distintas drogas a sus pacientes porque, según dijo, 'no podía soportar el hecho de ver a personas con enfermedades incurables' y pretendía con ello 'ahorrarles nuevos sufrimientos'.

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