51º FESTIVAL DE BERLÍN

El chocolate que quita las penas

Puede que fuera el hambre, por la hora. Pero, más bien, el ansia que atacó a los periodistas y que les impulsó a ponerse ciegos de chocolate ayer en la Berlinale fue la bandeja de cine con buen rollo que presentaron juntos Juliette Binoche, espléndida y sonriente, como siempre; Lena Olin, casi tan estupenda como la francesa, y el director sueco Lasse Hallström. Las dos primeras protagonizan junto a Johnny Depp, que no apareció, Judi Dench, Carrie Anne Moss y Alfred Molina, entre otros, esa fábula sobre la tolerancia y la vida dulce que es Chocolate.

Todos rindieron homenaj...

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Puede que fuera el hambre, por la hora. Pero, más bien, el ansia que atacó a los periodistas y que les impulsó a ponerse ciegos de chocolate ayer en la Berlinale fue la bandeja de cine con buen rollo que presentaron juntos Juliette Binoche, espléndida y sonriente, como siempre; Lena Olin, casi tan estupenda como la francesa, y el director sueco Lasse Hallström. Las dos primeras protagonizan junto a Johnny Depp, que no apareció, Judi Dench, Carrie Anne Moss y Alfred Molina, entre otros, esa fábula sobre la tolerancia y la vida dulce que es Chocolate.

Todos rindieron homenaje a esa sustancia mágica, que en la película cambia la forma de ver la vida de todo un pueblecito tranquilo en Francia. 'El chocolate es un gran símbolo, tiene misterio, ceremonia, ayuda a romper barreras de comunicación, está lleno de sorpresas', contaba Binoche, de granate, luciendo un escote pálido y un peinado que acababa en cuarto menguante sobre su carrillo derecho. Parecía un encuentro subvencionado por Nestlé. 'Me gustan todos los tipos de chocolate, con leche, negro, líquido... Da placer; de hecho, cuando lo comes no dejas de gemir, umm, umm, umm', sugería Binoche haciendo subir la temperatura de la sala. 'Acabas uno y ya quieres coger otro, es una forma de seducción, un asunto en el que soy muy flexible'.

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De hecho, ése es el meollo de la cuestión en el filme: la flexibilidad, la tolerancia otra vez, un tema que Lasse Hallström ha tocado ya en varias de sus películas, sin ir más lejos en su anterior Las normas de la casa de la sidra. 'El tema principal aquí es ése, la tolerancia. Yo creo que para ser tolerante con los demás hay que empezar por serlo con uno mismo', siguió Binoche.

Otra experta en chocolate resulta ser Lena Olin, que en la película descubre los secretos de este placer prohibido para las top models junto a la protagonista, y que durante el rodaje no paró de ofrecer bandejas de bombones entre sus compañeros. 'Con el chocolate hay que cruzar la línea. Tienes que andar siempre disculpándote por comerlo, que si engorda, que si estropea el cutis, hay que saborearlo sin complejos, tenemos que hacer la vida más sencilla', aseguró la actriz.

Ayer también comparecieron los protagonistas y el director de Quills, la película basada en los últimos años del Marqués de Sade, transcurridos en un manicomio, protagonizada por Geoffrey Rush, Kate Winslet, J. Phoenix y Michael Caine. La ha dirigido Philip Kaufman, quien aseguró: 'Para un guión tan increíblemente bien escrito como éste necesitaba a los mejores actores del mundo, así que estoy orgulloso de haber podido contar con los cuatro'.

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