SALUD | LOS ALCALDES ASEGURAN QUE NO HAY PELIGRO

Los municipios que recibirán las harinas cárnicas piden garantías

'Nos enteramos por los medios de comunicación', señaló la alcaldesa de Alpuente, a lo que el presidente de la corporación de Aspe añadió: 'Lamentamos que el Consell no nos convocara a una reunión previa, de manera que hubiéramos tenido más información nosotros y nuestros vecinos'. Los tres alcaldes insistieron ayer en señalar que estos vertidos no son tóxicos ni entrañan peligrosidad alguna. En cualquier caso señalaron que cada lote de las alrededor de 1.000 toneladas al mes que cada uno de los vertederos recibirá de estas harinas deberá contar con el certificado de haber sido fabricadas confo...

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'Nos enteramos por los medios de comunicación', señaló la alcaldesa de Alpuente, a lo que el presidente de la corporación de Aspe añadió: 'Lamentamos que el Consell no nos convocara a una reunión previa, de manera que hubiéramos tenido más información nosotros y nuestros vecinos'. Los tres alcaldes insistieron ayer en señalar que estos vertidos no son tóxicos ni entrañan peligrosidad alguna. En cualquier caso señalaron que cada lote de las alrededor de 1.000 toneladas al mes que cada uno de los vertederos recibirá de estas harinas deberá contar con el certificado de haber sido fabricadas conforme a la normativa.

En la Comunidad Valenciana existen siete plantas en las que se fabrican estas harinas, en un proceso de tratamiento que combina una temperatura de 133 grados durante 20 minutos y con tres atmósferas de presión. Según los alcaldes, las harinas así fabricadas no han tenido contacto con material específico de riesgo y serán certificadas por la Consejería de Agricultura para garantizar la ausencia de peligrosidad.

Las condiciones de autorización para el vertido de harinas contemplan la necesidad de depositar los residuos en una celda independiente del resto de residuos. Así, según los alcaldes, se facilitará la posibilidad de extraerlos con posterioridad en el que caso de que vayan a ser utilizados como combustible. Los vertidos habrán de ser cubiertos para evitar la posibilidad de que algún animal pueda acceder a los mismos. Además, la expulsión de gases procedentes de la fermentación se facilitará a través de chimeneas de gasificación.

Sin embargo, el grupo ecologista GECEN ha solicitado la implicación directa de la Consejería de Sanidad puesto que las garantías que pretenden los ayuntamientos son difíciles de cumplir. Un portavoz del colectivo, Juan Carlos Marco, aseguró ayer que el proceso de fabricación no garantiza la eliminación de la bacteria que provoca la enfermedad humana derivada del mal de las vacas locas. Por ello, Gecen solicita que los análisis no se realicen sólo sobre las reses sino también sobre el pienso, porque la humedad provocará su fermentación y sus emanaciones pueden ser muy peligrosas.

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