Rabanera queda de nuevo en manos del PSE al verse obligado a retirar los presupuestos de Álava

El Partido Popular está acusando en Álava los rigores del gobierno en minoría. Desde que accedió a la Diputación de Álava, no ha conseguido empezar un año con los presupuestos aprobados. El ejercicio de 2001 no será una excepción. El gabinete de Ramón Rabanera decidió ayer retirar su proyecto ante la evidente falta de apoyos en las Juntas Generales, donde ningún partido de la oposición lo respaldaba. Sólo los socialistas están dispuestos a negociar el texto, pero no sobre la base de un presupuesto ya presentado. Al igual que ocurrió hace un año, el PP queda en manos del PSE.

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El Partido Popular está acusando en Álava los rigores del gobierno en minoría. Desde que accedió a la Diputación de Álava, no ha conseguido empezar un año con los presupuestos aprobados. El ejercicio de 2001 no será una excepción. El gabinete de Ramón Rabanera decidió ayer retirar su proyecto ante la evidente falta de apoyos en las Juntas Generales, donde ningún partido de la oposición lo respaldaba. Sólo los socialistas están dispuestos a negociar el texto, pero no sobre la base de un presupuesto ya presentado. Al igual que ocurrió hace un año, el PP queda en manos del PSE.

El diputado general de Álava intentó ayer restar transcendencia al hecho de retirar el proyecto de presupuestos y aseguró que no se trata de un fracaso. "He hecho lo que honestamente tenía que hacer: presentar unos presupuestos. No puedo exigir al Gobierno vasco que los presente y eludir yo esa responsabilidad", argumentó. Rabanera reconoció que no tenía una garantía de que en febrero puedan estar aprobadas las cuentas y lo fió todo a las conversaciones que ha mantenido hasta ahora con los socialistas y a las que vendrán después de las vacaciones de Navidad. "Los socialistas nos han lanzado mensajes de que retirando el presupuesto ahora, antes de que empiece a debatirse, habrá acuerdo", aseguró. El PSE ejerce desde la oposición un poder real dentro de la Diputación alavesa. El año pasado el grupo socialista recomendó a Rabanera que esperase hasta después de las elecciones generales para presentar el presupuesto. El diputado general, tal y como se ha repetido este año, no hizo caso. Presentó las cuentas aun a sabiendas de que no tenían futuro. Unas semanas después las retiró y negoció un nuevo presupuesto tras las elecciones. Álava ha dispuesto de él sólo durante la mitad del año 2000.

En 2001, el PP pretende acortar los plazos, aunque se ha repetido la misma rutina. Los socialistas han exigido al gobierno foral una negociación del texto desde el principio. Al no producirse ésta y presentar Rabanera su presupuesto de manera unilateral, se han dado de nuevo los mismos pasos. Tras la retirada del proyecto, PP y PSE iniciarán una nueva fase de negociaciones que los populares quieren cerrar en un par de meses para que esté aprobado en febrero. Los socialistas, en principio, no tienen tanta prisa. Pueden jugar con el tiempo y con los compromisos incumplidos del pacto en vigor. El PSE utiliza como principal argumento el retraso en la aplicación del peaje social en la A-68. El diputado de Hacienda, Juan Antonio Zárate, precisó ayer que la instauración de este peaje está pendiente del estudio encargado para cuantificar el impacto de la medida. "No tiene sentido dedicar una partida al peaje social y que se quede corta a los dos meses porque no hemos calculado el flujo de vehículos", indicó.

El empeño en presentar un presupuesto condenado a la retirada, ha venido forzado, como reconoció Rabaneta, por la actitud del PP ante la decisión del Gobierno vasco de prorrogar el suyo sin ni siquiera llevar el proyecto al Parlamento, como marca la ley. Rabanera ha defendido y cumplido la presentación de las cuentas para ser coherente y hacer mantenible la denuncia hecha por su partido contra el Gobierno nacionalista de Ibarretxe.

También a partir de ahora, la negociación entre PP y PSE también se verá sometida al calendario electoral autonómico. Ambos partidos deben apresurarse a pactar un presupuesto antes de la probable convocatoria anticipada de comicios al Parlamento vasco. En caso contrario, el acuerdo para los presupuestos de Álava podría retrasarse meses.

El efecto dominó se extiende a los ayuntamientos, y en concreto al más importante de Álava, el de Vitoria, también gobernado por el PP, cuyos presupuestos quedan igualmente a la intemperie. El alcalde, Alfonso Alonso, no presentará su proyecto mientras no se despeje la situación en las Juntas Generales. Será entonces cuando pueda pactar con los socialistas. En este caso, el PP no cumple con los requisitos mínimos. Es más que probable que el gobierno municipal ni siquiera presente el proyecto antes del fin de año, lo que supone, por segundo año consecutivo, quebrantar el compromiso electoral de Alonso. Éste, sin embargo, ha culpado del retraso al Gobierno vasco por los efectos de la ley de Aportaciones.

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En cualquier caso, tras año y medio de gobiernos populares, quedan patentes las dificultades del PP para gestionar sus minorías en las dos principales instituciones alavesas, así como su dependencia del PSE.

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