Óscar Castro trae a España su ácida carcajada sobre Pinochet

El Teatro Aleph, fundado en Santiago de Chile en 1968, se desintegró en 1973, cuando sus miembros fueron encarcelados o "desaparecidos" tral el golpe militar de Pinochet. El grupo fue reconstruido en 1976 cuando uno de sus fundadores, Óscar Castro, se instaló en París. Desde entonces han creado más de 40 obras. La última de ellas, El asesino siempre vuelve al lugar del crimen, una recreación irónica sobre la liberacion del general golpista tras su detención en Inglaterra, clausura este fin de semana el Festival Internacional Madrid-Sur, con funciones, desde hoy viernes y hasta el doming...

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Éxito en Francia

El Teatro Aleph, fundado en Santiago de Chile en 1968, se desintegró en 1973, cuando sus miembros fueron encarcelados o "desaparecidos" tral el golpe militar de Pinochet. El grupo fue reconstruido en 1976 cuando uno de sus fundadores, Óscar Castro, se instaló en París. Desde entonces han creado más de 40 obras. La última de ellas, El asesino siempre vuelve al lugar del crimen, una recreación irónica sobre la liberacion del general golpista tras su detención en Inglaterra, clausura este fin de semana el Festival Internacional Madrid-Sur, con funciones, desde hoy viernes y hasta el domingo, en Leganés, Alcorcón y Fuenlabrada, poblaciones todas ellas de la periferia madrileña.Óscar Castro guarda un especial recuerdo de los hechos acaecidos en Chile en 1973. Su madre está desaparecida desde entonces; su compañero John Macleod, fundador de Aleph junto con él y marido de su hermana, nunca más ha dado señales de vida; su hermana y él estuvieron retenidos en campos de concentración durante años. A pesar de ello, se niega a ser visto como una víctima. Para demostrarlo, y sobre todo para reclamar la desaparición de su cuñado, apenas solicitada porque los padres de MacLeod (un escocés y una alemana) ya habían fallecido en aquellas fechas y él y su hermana estaban encarcelados, Castro ha montado un divertimento, a modo de carcajada grotesca y ácida, en el que él mismo interpreta al general Segundo Peñaloza Núnez, un remedo del general Pinochet.

El espectáculo, que ha cosechado un importante éxito en Francia, en el teatro Espace Aleph, en Ivry sur Seine, donde desde hace años trabaja la compañía con un grupo estable de creadores y actores, tiene su origen en la famosa escena en la que Pinochet se levantó de su silla de ruedas nada más aterrizar en Chile tras su liberación por parte de las autoridades británicas. "Vi aquello y pegué un salto", dice Castro, "apenas hacía unas semanas que estuve en Londres cuando el sindicato de actores ingleses me pidió que fuera a denunciar la desaparición de MacLeod, de nacionalidad británica y uno de los grandes olvidados del grupo de desaparecidos".La obra se escribió y montó en un mes y en ella Pinochet aparece como cantante de tangos y travestido que actúa por las noches en La Maisonnette, el burdel francés más conocido de Londres. Es allí precisamente donde se juzga al general: "Esta rapsodia judicial pretende solamente rendir homenaje a un actor que, como tantos otros, sufrió la cárcel, la tortura y la muerte por querer defender los derechos humanos", dice Castro, quien piensa que los militares, que hablan tanto de moralidad, lo peor que se les puede hacer es ponerles de travestidos y reírse de ellos.

El Teatro Aleph trabaja en Francia sin ningún tipo de subvención: "El sistema económico sobre el que se asientan hoy todas las sociedades impide la existencia de disidentes, incluso en el ámbito político", señala Castro.

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