La renovación del género biográfico aumenta la oferta editorial en España

Los españoles han dado los primeros pasos para entrar en la cultura literaria de las biografías. Desde hace tres años, el arte de escribir vidas propias y ajenas está en alza, y, de una presencia tímida de libros de biografías, memorias o cartas, se ha pasado a casi cien títulos. ¿La razón? Los lectores han descubierto la renovación de un género que reivindica versiones más libres sin perder el rigor. Pese a ello, las editoriales españolas aún no se arriesgan a la hora de hacer encargos propios. Editores y autores reflexionan sobre el tema como antesala al ciclo Contando vidas, que empieza hoy...

Los españoles han dado los primeros pasos para entrar en la cultura literaria de las biografías. Desde hace tres años, el arte de escribir vidas propias y ajenas está en alza, y, de una presencia tímida de libros de biografías, memorias o cartas, se ha pasado a casi cien títulos. ¿La razón? Los lectores han descubierto la renovación de un género que reivindica versiones más libres sin perder el rigor. Pese a ello, las editoriales españolas aún no se arriesgan a la hora de hacer encargos propios. Editores y autores reflexionan sobre el tema como antesala al ciclo Contando vidas, que empieza hoy en Barcelona.

Para todos los gustos

La última actuación de Marilyn en la clase de pantomima dejó boquiabiertos a todos; fue la víspera de encaminarse hacia su reinvención como mito. A Borges le hubiera encantado conquistar más mujeres con su presencia, pero tuvo que aliarse con su seducción intelectual. Un día, Gabrielle Bonheur se rebeló contra su herencia de orfanato hasta ser la reina Coco Chanel que sentenciaría que "la elegancia se tiene o no se tiene". Son asomos a mundos ajenos que interesan cada vez más a los españoles y a los que entran por el auge de autobiografías, biografías, memorias, diarios o cartas de personajes famosos o admirados; sobre todo del mundo de las artes, y escritos en el extranjero, cuyo catálogo desde 1997 sobrepasa el centenar de títulos. Todos quieren saber más de la persona admirada, y para ello entran en el juego irresistible de desandar la memoria de otros y de verse en un espejo a través de sus vidas. Un capricho facilitado por un género que casi se ha reinventado.

Ahora hay una aproximación más libre y amena a esas vidas, sin olvidar el rigor de las biografías tradicionales. En esa idea coinciden editores como Silvia Lluís, de Circe; María Antonia de Miquel, de Alba; Jorge Herralde, de Anagrama; Débora Blackman, de Plaza & Janés, y Miguel Dalmau, autor de Los Goytisolo (en preparación, el de Jaime Gil de Biedma). Atrás quedan los textos eruditos dirigidos al mundo académico. El resultado es un abanico de personajes más humanizados: desde Alejandro Magno o Carlos V, pasando por Mendel o Hitler, hasta Jane Austen o Billy Wilder.

Son vidas abordadas desde todas las perspectivas. Como la que cuenta que "Durás empieza a sentir por Mercury una pasión sensual, intelectual y amorosa que el tiempo no menguará. Durás suele enamorarse de sus actrices", relata Laura Adler en el libro de Anagrama. Pero cuando la autora de El amante muere en 1996, Yann Andréa, su amor desde 1980, "es quien desciende a los infiernos", según deja entrever él en una carta póstuma que recuperará Tusquets.

"El mercado español siempre ha ofrecido biografías, pero estaban refundidas", recuerda Lluís, una de las editoras que dieron un nuevo aliento a este género al crear en 1988 una colección específica. "Con Frida Kahlo, de Rauda Jamís, se abrió una nueva época en el género; especialmente la referida a mujeres, que son las más vendidas", dice Lluís. ¿Por qué? Pues porque la mujer es la que más lee, y busca reconocerse en modelos próximos; además de que para ambos sexos es más novedoso conocer la vida de una mujer, sus atrevimientos o sus triunfos".

Pese a esta euforia, se trata sólo de los primeros pálpitos de un interés que llega con retraso a España. En el Reino Unido, Estados Unidos o Francia existe una gran tradición por las biografías, autorizadas y no autorizadas, de artistas, políticos o científicos. Tanto que algunas han sido best sellers, debido a "la mezcla de rigor académico y la manera en que estaba contado. Está claro que lo importante es el personaje y que se busca la manera más eficaz de acercarlo al lector", dice María Antonia de Miquel. El objetivo es despojar a los personajes de misterios o tonos hagiográficos.

Para Dalmau, la clave es humanizar con la narración. Es a partir de ahí cuando estos testimonios pasan a ser la llave para entrar en el vecindario de personas excepcionales, de quienes el lector no sólo busca confesiones o hallazgos profesionales, sino también avistar de dónde procede el hecho que los saca de este mundo o en qué momento se gesta la creación admirada. El umbral de ese cruce de caminos se aprecia, por ejemplo, en el libro de Enid Starkie (Siruela) sobre Arthur Rimbaud, que durante la huida de su casa a los 16 años aguantó hambre y vagabundeó, aunque "esas dos semanas constituyeron el periodo más hermoso de su vida. No hay ninguna amargura ni estridencias en los poemas que escribió; tan sólo la expresión de una felicidad celestial, de la alegría de sentirse libre y del placer de vivir". Después atravesaría tres años de intensidad y descubriría que no podría reinventar ni la vida ni el amor.

Otro ejemplo de este renovado interés por el género es la publicación de la biografía de Charlotte Bronte (Alba) escrita por su amiga Elizabeth Gaskell hace siglo y medio. ¿Cuáles son las razones de este tardío interés? Herralde dice que "se ha hablado de decoro, pudor y otras virtudes. También de la incultura generalizada de este "país de cabreros" al que aludió Gil de Biedma; es un género que florece en países más largamente alfabetizados". Ahora, junto a la biografía sobre la mayor de las hermanas Bronte, abundan los libros cuyas portadas invitan a adentrarse en la vida de Julio Verne, Caravaggio, Mozart, Marlon Brando, Carlos Marx, Bacon, Jack London, Sábato, Richard F. Burton, Djuna Barnes, Lord Byron, Rulfo, André Gide, R. L. Stevenson, Charles Mingus, A. C. Doyle, Felipe II, Pavese, Rilke, Diane Arbus, Sartre, Cole Porter, Sylvia Plath, Chet Backer, Truman Capote, Copérnico, Ana Frank, Huxley, Dorohy Parker, Kafka, García Lorca, Duchamp, San Juan de la Cruz, Henry Roth. Y, tras ellos, el invierno promete la posibilidad de seguir el rastro de Bruce Chatwin, Yourcenar, Henry James, Oscar Wilde.

Aunque dentro de las novedades más esperadas para 2001 estaría el primer tomo de las memorias de Gabriel García Márquez, el Nobel que empezaría Cien años de soledad bajo la acordanza de su hallazgo del hielo a los cinco años: "El abuelo le explicó que los pargos parecían piedras porque estaban congelados. Gabito le preguntó qué eran congelados, y él le dijo que los habían metido en hielo. Pero ¿qué era el hielo? Entonces el abuelo lo tomó de la mano y lo llevó a la esquina donde estaba el comisariato, hizo abrir la caja de los pargos y le enseñó el hielo", cuenta Dasso Saldívar en El viaje a la semilla (Alfaguara).

Pero son pocos los hispanoamericanos biografiados por españoles. Para Lluís y Dalmau, las editoriales prefieren comprar los derechos de una obra antes que subvencionar a un autor. Uno de los escasos estímulos es el Premio Comillas de biografía, autobiografía y memorias, que concede cada año Tusquets.

Al final, todos buscan conquistar vidas que llegan a convertirse en un embeleso fascinante para lectores que las ven como un refugio ante la falta de capacidad de sorpresa de hoy. "Biografías de vidas asombrosas y políticamente incorrectas en un mundo políticamente correcto y adormilado", afirma Dalmau. A cambio, aumenta la venia para que otros entren en la inmortalidad a la manera borgiana, la de que la eternidad está "en la memoria de los otros y en la obra que dejamos, y así, al ser evocados, ellos están viviendo en mí en ese momento, porque cada uno de nosotros es de algún modo todos los hombres que han muerto".