33º FESTIVAL DE CINE DE SITGES

La trastienda de Waterloo

Sabotage! es, después de La novena puerta -y en espera del tan anhelado Fu Manchú de Álex de la Iglesia- y con sus 1.500 millones de pesetas de coste reconocido, la película más cara del cine español, una coproducción con Francia y Reino Unido hablada en inglés, por aquello del mercado internacional. Presenta actores solventes, como Stephen Fry, David Suchet, Alexandra Vandernoot y Dominique Pinon, y sin embargo, esta segunda película de los hermanos José Miguel y Esteban Ibarretxe tiene un problema grave, un pedrusco que se les coló a sus autores en el engranaje de alta p...

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Sabotage! es, después de La novena puerta -y en espera del tan anhelado Fu Manchú de Álex de la Iglesia- y con sus 1.500 millones de pesetas de coste reconocido, la película más cara del cine español, una coproducción con Francia y Reino Unido hablada en inglés, por aquello del mercado internacional. Presenta actores solventes, como Stephen Fry, David Suchet, Alexandra Vandernoot y Dominique Pinon, y sin embargo, esta segunda película de los hermanos José Miguel y Esteban Ibarretxe tiene un problema grave, un pedrusco que se les coló a sus autores en el engranaje de alta precisión en el que hubiesen querido convertir esta trastienda de la batalla de Waterloo, esta irónica revisitación de la enemistad entre Napoleón Bonaparte y el duque de Wellington, y que hace que tal engranaje se encalle, primero, y salte por los aires, después.Ese pedrusco no es otro que un guión sencillamente impresentable, lleno de frases que se pretenden dotadas de un alto sentido metafórico, de un soterrado humor, pero que, en realidad, no hacen otra cosa que atascar el necesario avance narrativo. Claro que los 1.500 millones se notan, que hay algunos planos de la batalla de Waterloo como no se habían visto casi nunca en el cine español.

Pero los Ibarretxe no se muestran capaces de controlar la duración de los gags, de los discursos y de las secuencias, de modo que lo que logran es una narración cansina que hace explícito el defecto de cualquier parodia: resultar indiferente.

Los hermanos Ibarretxe defendieron ayer en Sitges su obra ante la prensa. "Comparada con Chiquito de la Calzada", afirmaron, "seguramente nuestra película es poco graciosa, pero es exactamente el filme que hemos querido hacer y que a nosotros nos gustaría ver".

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