33º FESTIVAL DE CINE DE SITGES

Mike Figgis dice que el cine tiene la "responsabilidad de reinventarse"

El director británico presenta fuera de competición 'Time code'

El cineasta británico Mike Figgis está convencido de que el espectador ya está aburrido del lenguaje cinematográfico convencional, porque él también lo está como creador. Así que ha decidido emprender la revolución y ha empezado por rodar una película, Time code, que rompe con todos los esquemas de esta expresión artística ya centenaria. El director de Leaving Las Vegas, que presentó anoche en la 33ª edición del Festival de Cine de Sitges, dentro de la sección no competitiva Gran Angular, su más reciente y rompedora obra, de la que se siente muy orgulloso, afirmó en un encuentro ...

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Distribución complicada

El cineasta británico Mike Figgis está convencido de que el espectador ya está aburrido del lenguaje cinematográfico convencional, porque él también lo está como creador. Así que ha decidido emprender la revolución y ha empezado por rodar una película, Time code, que rompe con todos los esquemas de esta expresión artística ya centenaria. El director de Leaving Las Vegas, que presentó anoche en la 33ª edición del Festival de Cine de Sitges, dentro de la sección no competitiva Gran Angular, su más reciente y rompedora obra, de la que se siente muy orgulloso, afirmó en un encuentro con la prensa que "el cine tiene la responsabilidad de reinventarse continuamente".A Figgis no le gustaría que Time code quedara como una simple curiosidad. Para él, es el inicio de una nueva manera de hacer cine, un compromiso. La película, con un reparto de lujo, en el que se hallan los actores Saffron Barrows, Salma Hayek, Holly Hunter y Jeanne Tripplehorn, narra cuatro historias que se desarrollan de forma simultánea, en tiempo real, y confluyen en un mismo final. Figgis rompe con todas las reglas del cine al desechar el guión, el sistema de rodaje tradicional y el montaje, y muestra en una pantalla dividida en cuatro ventanas las cuatro historias a la vez.

Contó el cineasta británico que la idea se le ocurrió cuando preparaba Miss Julie -una provocativa adaptación de la obra teatral de August Strindberg- mientras viajaba en tren. Rodó la película con dos cámaras de 16 milímetros y cuando contempló las imágenes, grabadas a la vez en dos televisores, se convenció de que había dado con la fórmula. "Me fascinó la fuerza que tenía la historia vista así", recordó.

Mike Figgis confía en que el público acepte este nuevo lenguaje. "Los espectadores, que son inteligentes, están listos para ello, porque ya están aburridos del antiguo sistema. Necesitan más, quieren ver más", aventuró. Seguro de que la creatividad y la transgresión siempre acaban viéndose recompensadas, puso como ejemplo al director español Pedro Almodóvar, cuyas películas, dijo el británico, chocaron al principio, y ahora, sin embargo, es reconocido como un gran cineasta.

Añadió el realizador con cierta desazón que la industria cinematográfica, en particular la distribución, es la enemiga más importante de la innovación en el cine. "El negocio del cine es muy conservador, y este conservadurismo va en aumento. De manera que las producciones son cada vez más reaccionarias y más políticamente de derechas", lamentó.

Figgis es consciente de que Time code va a tener en Europa una distribución complicada, ya que es un filme difícil de subtitular -coinciden en algunos momentos hasta tres conversaciones, mientras que en la cuarta pantalla la cámara se limita a observar- y también de doblar, pero espera que éste no sea un obstáculo imposible de superar. En su proyección en Sitges se presentó en la versión original y a palo seco.En su opinión, el experimento es tan interesante desde su punto de vista, el del creador, como desde el del espectador. "Nadie ve la misma película", asegura. Y explica que en Estados Unidos a la inmensa mayoría del público le pasó desapercibido el robo de un libro en una tienda por dos de los personajes, ya que mientras este hecho sucede, en otra pantalla la actriz Salma Hayek protagoniza una escena con una elevada carga sexual.

En cuanto al argumento, se trata de una crítica feroz de la meca del cine, sus usos y costumbres, que Mike Figgis ha sufrido en carne propia. "Es una venganza divertida de Hollywood", señaló el director. "A veces", prosiguió, "la vida es dulce y te permite hacer esas cosas". Time code se rodó 15 veces de una sola tirada. La grabación número 15, que se rodó el decimoquinto día, fue la que finalmente el director dio por buena, aunque en su opinión las 14 anteriores eran mejores, pero también mucho más tristes.

Entusiasmado con la experiencia, Figgis ya está preparando su nueva película con el mismo sistema. Se rodará en la ciudad italiana de Venecia a principios del próximo año.

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