SALUDGENÉTICA

Los hijos de infartados tienen mayor riesgo de sufrir un ataque

El hecho de que la madre o el padre hayan sufrido un infarto antes de los 60 años hace probable que los vasos sanguíneos de los hijos ya estén mostrando signos de enfermedad cardiaca, según un estudio publicado en el último número del New England Journal of Medicine.El equipo de Giovanni Gaeta, del hospital Cardarelli de Nápoles (Italia), utilizando ultrasonidos, hallaron que las personas de entre 6 y 30 años cuyos padres habían sufrido infartos prematuros tenían sus vasos sanguíneos un 11% por ciento más gruesos.También encontraron que reaccionaban lentamente cuando se les interrumpía ...

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El hecho de que la madre o el padre hayan sufrido un infarto antes de los 60 años hace probable que los vasos sanguíneos de los hijos ya estén mostrando signos de enfermedad cardiaca, según un estudio publicado en el último número del New England Journal of Medicine.El equipo de Giovanni Gaeta, del hospital Cardarelli de Nápoles (Italia), utilizando ultrasonidos, hallaron que las personas de entre 6 y 30 años cuyos padres habían sufrido infartos prematuros tenían sus vasos sanguíneos un 11% por ciento más gruesos.También encontraron que reaccionaban lentamente cuando se les interrumpía la circulación de la sangre en un brazo con un aparato de tomar la presión. Ambos signos sugieren que la enfermedad cardiaca ha comenzado a desarrollarse.

"Por mucho tiempo hemos sabido que el historial familiar es un factor de riesgo para la enfermedad cardiaca, pero no está claro en qué momento las anormalidades cardiovasculares se hacen evidentes por primera vez", afirma Gene Bond, de la Universidad de Wake Forest y coautor del estudio.

Sin embargo, cuando los investigadores evaluaron algunos de los otros signos tempranos de un posible infarto, como el sobrepeso, hipertensión arterial o altas concentraciones de colesterol malo, descubrieron que el 40% de las personas con un padre que había sufrido un infarto a una edad temprana no tenían una diferencia significativa con los 40 voluntarios sin historial paterno de enfermedad cardiaca. Los investigadores aseguran que la técnica de ultrasonidos "puede aportar información importante sobre los cambios precoces" que a la larga conducirán al infarto.

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