Tribuna:

PREVENCIÓN El ejercicio físico reduce el riesgo de infarto cerebral en las mujeres

El ejercicio físico, incluido el caminar, está asociado con una reducción sustancial del riesgo de padecer un infarto cerebral o un ataque isquémico en las mujeres, según un artículo publicado en el último número del Journal of the American Medical Association.Para llegar a esta conclusión, el equipo de Frank B. Hu, de la Escuela de Salud Pública de Harvard, Boston, ha analizado los datos de 72.488 enfermeras del Estudio de Salud de las Enfermeras, con edades entre 40 y 65 años.Estas enfermeras, a las que no se les había diagnosticado enfermedad cardiovascular ni cáncer al comienzo del estudio...

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El ejercicio físico, incluido el caminar, está asociado con una reducción sustancial del riesgo de padecer un infarto cerebral o un ataque isquémico en las mujeres, según un artículo publicado en el último número del Journal of the American Medical Association.Para llegar a esta conclusión, el equipo de Frank B. Hu, de la Escuela de Salud Pública de Harvard, Boston, ha analizado los datos de 72.488 enfermeras del Estudio de Salud de las Enfermeras, con edades entre 40 y 65 años.Estas enfermeras, a las que no se les había diagnosticado enfermedad cardiovascular ni cáncer al comienzo del estudio, en 1986, respondieron también a detallados cuestionarios sobre actividad física en 1986, 1988 y 1992. Durante ocho años de seguimiento (hasta 1994), se produjeron entre estas mujeres 407 nuevos casos de infarto cerebral. Los autores descubrieron que el aumento de la actividad física estaba inversamente asociado con el riesgo de sufrir un infarto cerebral.

El estudio sugiere que caminar se asocia con la reducción del riesgo de derrame cerebral total. Además, los investigadores descubrieron que un ritmo rápido de marcha reduce el riesgo de infarto o isquemia cerebral, en comparación con el ritmo normal o de paseo. "Observamos reducciones de riesgo similares cuando los gastos de energía son equivalentes, ya sean obtenidos al caminar o con una actividad física vigorosa", escriben los autores. Los resultados del estudio apoyan las recomendaciones sanitarias de realizar ejercicio de forma cotidiana, esto es, al menos unos 30 minutos de actividad física de intensidad moderada, preferiblemente todos los días de la semana.

Beneficio rápido

"Otro descubrimiento importante en nuestro estudio es que las mujeres sedentarias que comenzaron a ser activas en la edad madura o cerca de la vejez tenían menos riesgo de infarto cerebral que aquellas que se mantenían sedentarias. De aquí se deduce que la actividad física tiene un efecto relativamente rápido: los adultos mayores pueden disfrutar de las ventajas del ejercicio incluso aunque se hayan mantenido sedentarios durante un largo tiempo", escriben los autores.

El efecto protector de la actividad física puede estar en parte mediado por su efecto sobre diversos factores de riesgo para el infarto cerebral, al disminuir la tensión arterial y aumentar los niveles de colesterol bueno, además de facilitar la pérdida y el mantenimiento del peso.

Los autores añaden que si se confirma que el caminar ofrece las mismas ventajas que otras formas de actividad física más vigorosas esto tendría importantes implicaciones para la salud pública, porque caminar es la forma más popular de actividad física, especialmente entre las mujeres de mediana y avanzada edad.

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