EUROCOPA 2000La selección

"Lo teníamos previsto"

Carcelén asegura que la titularidad de Cañizares ante Eslovenia se decidió antes de la Eurocopa

"Estoy muy bien", dijo Molina en vísperas del partido de ayer. El portero parecía relajado. Como si no sospechase que José Antonio Camacho le anunciaría ayer por la tarde que le dejaría en el banquillo frente a Eslovenia en beneficio de Cañizares. Como si no supiera los planes del seleccionador. Unos planes extraños, cuyas motivaciones parecían inexplicables al comenzar el partido. Al final, cuando el cuerpo técnico salió de los vestuarios del Amsterdam Arena, el argumento resultó tan impreciso como forzado, teniendo en cuenta que la tradición recomienda no cuestionar un puesto que se supone e...

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"Estoy muy bien", dijo Molina en vísperas del partido de ayer. El portero parecía relajado. Como si no sospechase que José Antonio Camacho le anunciaría ayer por la tarde que le dejaría en el banquillo frente a Eslovenia en beneficio de Cañizares. Como si no supiera los planes del seleccionador. Unos planes extraños, cuyas motivaciones parecían inexplicables al comenzar el partido. Al final, cuando el cuerpo técnico salió de los vestuarios del Amsterdam Arena, el argumento resultó tan impreciso como forzado, teniendo en cuenta que la tradición recomienda no cuestionar un puesto que se supone estable en todos los equipos. "He cambiado a Molina como he cambiado a Fran y a Paco. Aquí juegan todos y el equipo está por encima de todos. Yo debo elegir por el bien del equipo", proclamó Camacho. Le siguió su segundo entrenador, José Carcelén, que negó la sustitución de Molina como una forma de castigo: "A Molina no lo hemos cambiado por el error que cometió ante Noruega. Paco no cometió ningún error y también fue al banquillo. El cambio de Molina ya estaba previsto antes del partido ante Noruega y antes de la Eurocopa".En la conferencia de prensa que ofreció el sábado, Camacho aseguró que de hacer cambios en la portería ya estaban decididos desde antes del partido contra Noruega. "No hago cambios por una jugada puntual, y si los hago, es porque ya están decididos de antemano", explicó. Y con esto, Camacho pretendió explicar que no quitaría a Molina por el error que cometió ante Noruega, permitiendo el gol que derrotó a España. Lo que Camacho pretendió hacer, según se deduce de su oscura frase, fue cambiar a Molina porque Molina tiene cualidades para ser el portero frente a Noruega pero no responde a las condiciones requeridas para pararse bajo los palos en un partido contra Eslovenia. En este supuesto, habría que considerar que Cañizares cuenta, según Camacho, con estas dotes. Cañizares sería bajo esta lógica el portero ideal para jugar contra Eslovenia.

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El silogismo es tan enredado que a ojos del vestuario, para los jugadores, si Camacho cambió a Molina fue para castigarlo. Molina también lo siente así. No se lo esperaba. El miércoles pasado, después de la derrota ante Noruega, el portero del Atlético dijo que confiaba en que seguiría siendo titular. "Por un error puntual no creo que pierda el puesto", afirmó. Estaba equivocado. Para Carcelén, mandar a Molina al banquillo estaba previsto: "Cañizares fue siempre titular con nosotros hasta que se lesionó; entonces entró a jugar Molina. Si hemos traído a Cañizares a jugar un Europeo no ha sido para dejarle en el banquillo. El error de Molina contra Noruega no tiene nada que ver en este cambio. Si no, ¿por qué cambiamos a Paco, cuando no cometió ningún error?".

Curiosamente, Paco participó en el error que terminó con Molina en el banquillo. Fue Paco el que no acudió a pelear por ese balón aéreo con Iversen, en el pico del área de España. La regla lo obligaba a él, como central, a marcar al delantero centro en esa ocasión. En cambio, dejó solo a Molina. Luego Molina aclaró que le había pedido a Paco que se apartara, para disputar él el balón. La jugada terminó con gol de Noruega. Y ayer, Paco y Molina calentaron el banquillo por orden técnica. ¿Castigados? Es la conclusión más obvia, aunque Camacho lo niegue.

Molina debió masticar su indignación y salir ayer al Amsterdam Arena a cumplir un papel humillante: calentar a Cañizares, lanzándole balones según sus indicaciones. Algo terrible para un competidor como Molina. Un portero que se hacía dar masajes cada vez que no jugaba un partido de Copa del Rey, aunque así estaba previsto con semanas de antelación. Jugaba Toni y Molina llevaba tan mal lo de la suplencia que para quitarse la tensión se sometía al masajista. Incluso cuando el Atlético recibía en casa al Real Unión de Irún.

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