El Guggenheim expone el arte de las mujeres de las vanguardias rusas

El museo exhibe obras de seis pintoras

No formaron un grupo de trabajo ni compartieron orígenes sociales ni identidad artística, pero las seis mujeres reunidas en la exposición Amazonas de la vanguardia pusieron su talento y su originalidad al servicio del radical cambio del arte en la Rusia de las primeras décadas del siglo XX, como no ocurrió en ningún otro lugar del mundo. El Museo Guggenheim Bilbao muestra desde ayer, a través de 70 obras, las aportaciones de seis pintoras a la creación del cubismo, futurismo, rayonismo y constructivismo, desde distintas convicciones estéticas y sociales.

Las seis artistas reunidas en Am...

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No formaron un grupo de trabajo ni compartieron orígenes sociales ni identidad artística, pero las seis mujeres reunidas en la exposición Amazonas de la vanguardia pusieron su talento y su originalidad al servicio del radical cambio del arte en la Rusia de las primeras décadas del siglo XX, como no ocurrió en ningún otro lugar del mundo. El Museo Guggenheim Bilbao muestra desde ayer, a través de 70 obras, las aportaciones de seis pintoras a la creación del cubismo, futurismo, rayonismo y constructivismo, desde distintas convicciones estéticas y sociales.

Las seis artistas reunidas en Amazonas de la vanguardia son Alexandra Exter (1882-1949), Natalia Goncharova (1881-1962), Liubov Popova (1889-1924), Olga Rozanova (1886-1918), Varvara Stepanova (1894-1958) y Nadezhda Udaltsova (1885-1961). Uno de los comisarios de la exposición, John E. Bowlt, profesor de la University of Southern California, subrayó que la presencia y el peso de las mujeres artistas en "la esencia de la vanguardia rusa" no tiene precedentes ni fue comparable en otros países europeos. La exposición, abierta en Bilbao hasta el 6 de septiembre, reúne pinturas y obras sobre papel de seis artistas que, al igual que ocurrió con las diferentes caras de la vanguardia rusa, no ofrecieron un panorama homogéneo. Sólo compartieron el radical deseo de cambiar el arte.

Su condición femenina no fue obstáculo para lograr el reconocimiento de la crítica y de sus compañeros, pero tampoco determinante en el desarrollo de su trabajo. "No hubo prejuicios ni censuras por parte de sus colegas masculinos", precisó el comisario. "Ignoraron, por así decirlo, el hecho de que eran mujeres".

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