Albright presiona para que israelíes y palestinos reanuden el diálogo

La secretaria de Estado de EEUU, Madeleine Albright, arrancó ayer de israelíes y palestinos el compromiso de que reanudarán, la semana que viene en Washington, sus largas y tortuosas negociaciones sobre el estatuto permanente -que ambas partes debaten desde hace meses- y que debería desembocar en septiembre próximo en un tratado definitivo de paz que ponga fin al conflicto.Albright, que llegó a la zona el lunes, se entrevistó ayer, en la ciudad cisjordana autónoma de Ramalá, con el presidente de la Autoridad Palestina (AP), Yasir Arafat, y se reunió por segundo día consecutivo con el primer mi...

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La secretaria de Estado de EEUU, Madeleine Albright, arrancó ayer de israelíes y palestinos el compromiso de que reanudarán, la semana que viene en Washington, sus largas y tortuosas negociaciones sobre el estatuto permanente -que ambas partes debaten desde hace meses- y que debería desembocar en septiembre próximo en un tratado definitivo de paz que ponga fin al conflicto.Albright, que llegó a la zona el lunes, se entrevistó ayer, en la ciudad cisjordana autónoma de Ramalá, con el presidente de la Autoridad Palestina (AP), Yasir Arafat, y se reunió por segundo día consecutivo con el primer ministro israelí, Ehud Barak, en Jerusalén. El ministro israelí de Asuntos Exteriores, David Levy, después de entrevistarse asimismo con Albright, resumió la situación: "No hay progresos en las negociaciones con los palestinos y no nos acercamos a un acuerdo sobre el estatuto permanente".

Naturalmente, los israelíes acusan de ello a los palestinos, y Arafat, al Gobierno de Barak. Según Barak, "los palestinos avanzan hacia atrás", y en opinión de Arafat, la AP "ha mostrado una gran flexibilidad en las negociaciones y sólo pide una cosa: que Israel cumpla en su totalidad los acuerdos firmados hasta ahora".

Tampoco Albright se mostró optimista tras sus reuniones de los dos últimos días, y dijo: "Sólo he anunciado en Ramalá que Arafat viajará a Washington para entrevistarse con Clinton, quien ha tenido la oportunidad de reunirse con Barak la semana pasada en Lisboa".

Largo camino

Albright señaló que Estados Unidos considera importante que también los negociadores de ambas partes viajen a su país para seguir debatiendo todos los asuntos. "Queda mucho trabajo por delante, y todos tenemos que arremangarnos para realizarlo", dijo. O sea, que el camino para una cumbre tripartita entre Clinton, Barak y Arafat en Washington es muy largo, y más aún el que tendrán que recorrer para alcanzar un tratado definitivo de paz.

Barak rechaza las exigencias de Arafat; entre ellas, la de que Israel se retire completamente de Cisjordania, Gaza y Jerusalén este -que ese país conquistó en la guerra de los Seis Días de 1967-, como hizo el mes pasado en el caso del sur de Líbano.

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Arafat también exige el regreso de los refugiados palestinos de la primera guerra árabe-israelí de 1948 -que, junto con sus descendientes, suman unos tres millones- a Cisjordania y Gaza, así como que Jerusalén este sea la capital del futuro Estado independiente para su pueblo y que se evacue a todos los colonos judíos (unos 200.000) que viven en los más de 150 asentamientos de esos territorios.

Pero, como un malabarista sin red, Barak también afrontaba desde ayer 24 horas cruciales para el destino de su Gobierno, debido al proyecto de ley que se debatirá este mediodía -en lectura preliminar, a la que deberán seguir otras tres, a fin de que sea aprobado- para la disolución del Parlamento israelí y la convocatoria de nuevas elecciones generales, apenas un año después de las anteriores.

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