Clinton no prevé un acuerdo sobre desarme en su visita a Moscú

El vicesecretario de Estado norteamericano Strobe Talbott, antiguo corresponsal de la revista Time en Moscú, allana en la capital rusa el camino para su ex compañero de Oxford Bill Clinton, que llegará el sábado para celebrar su primer encuentro con Vladímir Putin desde que éste asumió la presidencia el 7 de mayo. Ambas partes insisten en que la cumbre no tratará tan sólo de las diferencias sobre desarme y adelantan que no cabe esperar un compromiso sobre la revisión del tratado ABM (antimisiles balísticos). Según Talbott, el objetivo de la cita no es alcanzar un acuerdo, sino abrir un nuevo c...

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El vicesecretario de Estado norteamericano Strobe Talbott, antiguo corresponsal de la revista Time en Moscú, allana en la capital rusa el camino para su ex compañero de Oxford Bill Clinton, que llegará el sábado para celebrar su primer encuentro con Vladímir Putin desde que éste asumió la presidencia el 7 de mayo. Ambas partes insisten en que la cumbre no tratará tan sólo de las diferencias sobre desarme y adelantan que no cabe esperar un compromiso sobre la revisión del tratado ABM (antimisiles balísticos). Según Talbott, el objetivo de la cita no es alcanzar un acuerdo, sino abrir un nuevo capítulo en las relaciones entre los dos líderes, uno de ellos (Clinton) a siete meses de abandonar la Casa Blanca y el otro tomándole la medida al Kremlin. Pese a ello, los líderes de las dos grandes superpotencias nucleares tendrán todavía ocasión de reunirse cuatro veces en lo que queda de año. Es más, están condenados a entenderse sobre el ABM so pena de recrear una atmósfera de guerra fría inaudita a 11 años de la caída del muro de Berlín.

"Está meridianamente claro", dijo ayer Talbott tras reunirse con el ministro ruso de Exteriores, Ígor Ivanov, "que Rusia se opone a cambios en el tratado como los que pretende EE UU". Es decir, a permitir que el antiguo enemigo instale un sistema de defensa antimisiles, por mucho que su objetivo declarado sea hacer frente a eventuales ataques de Estados potencialmente terroristas, como Irán o Corea del Norte.

Putin, Ivanov y otros dirigentes rusos han dejado meridianamente claro desde hace meses que Rusia se opone a toda alteración del tratado, firmado en 1972. Fuentes diplomáticas aseguran que la cuestión se discutirá de forma "no polémica", evitando que eche a perder la cumbre, en la que también se tratará otro espinoso tema: la guerra de Chechenia.

[Ayer, Clinton y el canciller alemán, Gerhard Schröder, respaldaron al presidente ruso desde Berlín. En una comparecencia conjunta, Schröder dijo: "Queremos apoyar la estabilidad política y económica de Rusia y así hacer más fácil el trabajo de Putin", informa Reuters].

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