Aena admite a una juez que el depósito de lindane del aeropuerto contiene residuos tóxicos

Aena, el ente estatal que gestiona los aeropuertos, ha admitido ante un juzgado de Bilbao que el depósito de lindane ubicado en el aeródromo de Sondika contiene residuos tóxicos y peligrosos. Hasta ahora, tanto Aena como el Gobierno vasco han hablado de la existencia de tierras contaminadas y por ello han justificado la falta de una declaración de impacto ambiental. En su declaración ante la juez, Aena reconoce que, en caso de accidente, "es posible la génesis de gases tóxicos" y aboga por la necesidad de evacuar al personal que se encuentre en las inmediaciones.

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Aena, el ente estatal que gestiona los aeropuertos, ha admitido ante un juzgado de Bilbao que el depósito de lindane ubicado en el aeródromo de Sondika contiene residuos tóxicos y peligrosos. Hasta ahora, tanto Aena como el Gobierno vasco han hablado de la existencia de tierras contaminadas y por ello han justificado la falta de una declaración de impacto ambiental. En su declaración ante la juez, Aena reconoce que, en caso de accidente, "es posible la génesis de gases tóxicos" y aboga por la necesidad de evacuar al personal que se encuentre en las inmediaciones.

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Estas afirmaciones forman parte del Plan de Emergencia Interior del aeropuerto bilbaíno, que ha sido enviado al Juzgado de Instrucción número 4 de Bilbao. Su titular investiga desde el año pasado un posible delito ecológico en la construcción del depósito de lindane del aeródromo, concluido en 1998 y que junto a la cabecera de la pista principal guarda enterrados 113.118 metros cúbicos de tierras contaminadas. La denuncia, que se ha tramitado por la vía penal, fue presentada por Lur Maitea, la plataforma ecologista que se opone desde 1997 al proyecto de la celda.El director del aeropuerto de Sondika, Segismundo López-Santacruz, envió el documento a la juez el pasado 18 de abril, en respuesta a los requerimientos de información sobre diferentes cuestiones. El plan de emergencia habla de la existencia del depósito "que contiene 110.000 metros cúbicos de tierras contaminadas con lindane y otros residuos tóxicos y peligrosos".

Tanto Ihobe, la sociedad ambiental dependiente del Gobierno vasco que gestiona el problema del lindane, como la Viceconsejería de Medio Ambiente han reiterado estos últimos años que los materiales confinados no son residuos tóxicos y peligrosos, sino tierras contaminadas con residuos. La viceconsejera, Esther Larrañaga, afirmó a las autoridades comunitarias en junio de 1998, en una reunión con la Dirección de Medio Ambiente de la Comisión Europea, que está investigando el proyecto del depósito del aeropuerto, que las obras eran "una medida correctora de un movimiento de tierras que no tienen concepción jurídica de residuo".

Por ello, y dado que la celda formaba parte del proyecto global de ampliación del aeropuerto, Medio Ambiente ha defendido con ahínco que el depósito de lindane no precisaba una declaración de impacto ambiental y que contaba con todas las medidas incluidas en un requisito de estas características. En cambio, en la construcción de la segunda gran infraestructura para neutralizar esta problemática, otro depósito que enterrará en Barakaldo cerca de 300.000 metros cúbicos de suelos contaminados y que está en plenas obras, sí se ha realizado el pertinente estudio de impacto ambiental.

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Aena señala al juez que la celda del lindane está "herméticamente cerrada" con varias capas de tierra, gravas y membranas especiales con un espesor de un metro en la parte superior. Añade que "por las características del material almacenado", las emergencias "deberán ser tratadas con medidas adicionales de seguridad". La dirección de Sondika prevé dos tipos de riesgos: primero, la rotura de la celda que "produciría una contaminación de las tierras y de las aguas" ante lo que recomienda "el aislamiento y reparación tan pronto como sea posible". El segundo es el incendio de los materiales almacenados, "con lo cual es posible la génesis de gases tóxicos", entre los que cita las dioxinas y los dibenzofuranos policlorados.

Aena señala que, en este caso, "el personal que se encuentre en el lugar deberá ser evacuado" y sobre la población de los núcleos urbanos de los alrededores aboga por avisar a la consejería de Medio Ambiente y Protección Civil para que "lleven a cabo las medidas que se consideren oportunas para proteger la salud de las personas de los edificios y poblaciones próximas".

La plataforma Lur Maitea aseguró ayer que todo le reafirma en sus denuncias. "La viceconsejera [Esther Larrañaga] ha mentido, cuando han dicho reiteradamente que no eran residuos tóxicos y peligrosos. Todas estas mentiras y otras más han permitido que vecinos y visitantes suframos una manipulación, mezcla, traslado y deposición a volquete de residuos tóxicos y peligrosos, con su consiguiente generación de dioxinas y las consecuencias que todo ello pueda tener para nuestra salud".

Lur Maitea ahondó en la falta de la declaración de impacto ambiental, el principal argumento de su queja ante la CE, y dijo que el depósito que se construye en Barakaldo "lo tiene con el fin de recibir financiación europea [ha logrado una ayuda del 80% de los 5.600 millones de coste]. En la celda del aeropuerto también hubo una petición de financiación, pero la retiraron al admitirse nuestra queja en Bruselas. Estos son los hechos documentados. Si la viceconsejera tiene otros, que enseñe los documentos".

Este colectivo señala que los supuestos de emergencia explicitados por Aena significan que se "contempla la posibilidad real del incendio de los materiales contenidos en la celda, con la emisión de gases tóxicos y dioxinas. Es decir, se reconoce expresamente la posibilidad de que se genere una nube tóxica, extremo reiteradamente negado por nuestras instituciones".

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