Doce años de litigio sin salida

Las dos fincas de la calle de Villa de Marín, números 41 y 43, fueron construidas hace 16 años por una cooperativa formada por funcionarios del ministerio de Educación y Ciencia. Las habitaron 86 propietarios. "En principio, la parroquia fue instalada en unos locales comerciales situados en los bajos pero, al poco, se dipuso que la iglesia fuera levantada en un solar de equipamientos contiguo", cuenta José María Gallego, vecino del número 43. "A medida que íbamos viendo los cimientos", relata "nos dábamos cuenta de que el templo se adentraba en terreno nuestro. Intentamos por todos los medios ...

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Las dos fincas de la calle de Villa de Marín, números 41 y 43, fueron construidas hace 16 años por una cooperativa formada por funcionarios del ministerio de Educación y Ciencia. Las habitaron 86 propietarios. "En principio, la parroquia fue instalada en unos locales comerciales situados en los bajos pero, al poco, se dipuso que la iglesia fuera levantada en un solar de equipamientos contiguo", cuenta José María Gallego, vecino del número 43. "A medida que íbamos viendo los cimientos", relata "nos dábamos cuenta de que el templo se adentraba en terreno nuestro. Intentamos por todos los medios hablar con el arquitecto y el párroco, pero se negaron. Entonces pleiteamos", explica. "Iniciaron después una causa de lindes contra nosotros y perdieron el juicio", explica Gallego. "Recuerdo que el Arzobispado depositó una fianza de ochenta millones y la perdió junto con el conflicto de lindes. Después y poco a poco", agrega, "la mayoría de los vecinos nos fuimos hartando y sólo quedaron dos"."Legalmente deben derribar la iglesia, pero ya sabemos el poder de una instición que, por lo que parece, es cierto que no es terrenal", dice Francisco Javier Esteban, vecino de la misma finca. "Esto es una piedra de toque para saber si estamos en un estado de derecho o si aún hay poderes fácticos más fuertes", dice otro vecino, Francisco Javier Valverde. Y otro residente, Juan Pedro García, señala: "Es vergonzoso que la solución se retrase tanto. Lo que tenían que hacer es indemizar ya a estas dos familias, que tienen toda la razón, porque ahora sus pisos valen mucho menos que cuando los compraron". Abdón Rodríguez, uno de los dos vecinos que mantiene aún la demanda, dijo ayer a este diario: "El asunto está encauzado jurídicamente y no quiero diversificarlo con más canales. Creemos que si en lugar de la iglesia se hubiera tratado de otra institución, el asunto habría quedado ya dirimido. Sin embargo, llevamos litigando doce años. Nuestro abogado, Javier Dorca, tiene ya el expediente, que pesa 150 kilos. A él les remito", dijo Rodríguez.

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Este diario intentó ayer, sin éxito, conversar con el párroco, Eusebio Ocaña.

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