El Festival de Teatro de Aviñón se abre a los países del Este

Aviñón, una de las capitales culturales del 2000, basa el programa de su 54ª edición en una atrevida apertura al Este. El año pasado la tendencia ya quedó insinuada en la programación, pero esta vez se institucionaliza. "El festival mira hacia esa otra Europa, la que espera y no hay que olvidar. De momento la UE prefiere guardar silencio, pero los profesionales, los artistas, lo directores de teatro y el propio festival no podíamos dejar de tomar la iniciativa", explica Bernard Faivre d'Arcier, director del certamen, que se desarrollará entre el 6 y el 30 de julio.Esa iniciativa se concreta en...

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Aviñón, una de las capitales culturales del 2000, basa el programa de su 54ª edición en una atrevida apertura al Este. El año pasado la tendencia ya quedó insinuada en la programación, pero esta vez se institucionaliza. "El festival mira hacia esa otra Europa, la que espera y no hay que olvidar. De momento la UE prefiere guardar silencio, pero los profesionales, los artistas, lo directores de teatro y el propio festival no podíamos dejar de tomar la iniciativa", explica Bernard Faivre d'Arcier, director del certamen, que se desarrollará entre el 6 y el 30 de julio.Esa iniciativa se concreta en ocho espectáculos: Hotel Europa, que propone nada menos que ocho escenarios simultáneamente ocupados por grupos de actores y bailarines de 26 nacionalidades distintas, dirigidos por 6 personas diferentes; Commedia del servitore, del búlgaro Stefan Moskov; El magnetismo del corazón es una puesta en escena del polaco Grzegorz Jarzyna a partir de un texto de Aleksander Fedro; Aria Spinta, que hermana a los coreógrafos Lenka Flory y Simone Sandroni; La tragedia del hombre, en versión de László Hudi; El maestro y Margarita, en versión del lituano Oskaras Korsunovas, portaestandarte del teatro de la paradoja, el único que, según él, "escapa al teatro ilustrativo y a la literatura"; y An die Musik, espectáculo dirigido por el británico Pip Simmons e interpretado por los actores del Teatro Nacional judío de Bucarest.

Por la Cour d'Honneur, el espacio más prestigioso del festival, desfilarán tres grandes nombres. Abrirá Pina Bausch con su Laveur de vitres (Limpiacristales), surgido del deseo de dejar rastro artístico de la ya olvidada retrocesión de Hong-Kong a la China Popular. Luego ocupará la Cour la voz y la presencia de Isabelle Huppert, que será Medea, dirigida por Jacques Lassalle. Por último, Jean-Pierre Vincent se enfrentará a Lorenzaccio, y lo hará ofreciéndole el bombón envenenado del papel de protagonista al joven Jérôme Kircher.

En total, dentro de la selección oficial, desfilarán 32 montajes y se pondrán a la venta 160.000 localidades. El presupuesto de la 54 edición equivale a 1.250 millones de pesetas, de los cuales un 37% lo aporta el Estado, y un 8%, la ciudad.

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