El Reino Unido, en el corazón de las escuchas en Europa

El Reino Unido ha protagonizado un papel central en el dispositivo Echelon. Su servicio de vigilancia electrónica forma parte esencial de la telaraña tejida por la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) norteamericana dentro del sistema UK-USA.El Centro de Comunicaciones del Gobierno (GCHQ) británico emplea a cerca de 15.000 personas en misiones ofensivas (captación y análisis de informaciones extranjeras) y defensivas (codificación y protección de las comunicaciones británicas). Además de contar con una docena de centros en el Reino Unido, el GCHQ ha desplegado estaciones de escucha en Gibraltar...

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El Reino Unido ha protagonizado un papel central en el dispositivo Echelon. Su servicio de vigilancia electrónica forma parte esencial de la telaraña tejida por la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) norteamericana dentro del sistema UK-USA.El Centro de Comunicaciones del Gobierno (GCHQ) británico emplea a cerca de 15.000 personas en misiones ofensivas (captación y análisis de informaciones extranjeras) y defensivas (codificación y protección de las comunicaciones británicas). Además de contar con una docena de centros en el Reino Unido, el GCHQ ha desplegado estaciones de escucha en Gibraltar, Belize, Chipre, Omán, Turquía y Australia. La llamada División Z es la específicamente encargada de relacionarse con la agencia norteamericana.

Más información

La participación del Reino Unido en la red Echelon sitúa a la mayoría de sus socios europeos en una situación particularmente incómoda. Londres se situaría en una posición "ambigua" si, como denuncian sus adversarios, la red Echelon se ha convertido en una herramienta de "espionaje económico". Para el especialista en Internet François-Emile Truchet, el Reino Unido practica la ambivalencia de ser un país europeo que espía a sus aliados.

La complicidad de Londres con Washington puede abrir un nuevo conflicto en el diálogo europeo, sobre todo si, como pretenden los expertos, las escuchas se dirigen especialmente contra Francia e Italia. Incluso se ha llegado a hablar de la existencia de una cláusula especial en el acuerdo UK-USA, según la cual el sistema de escuchas británico sustituiría automáticamente al estadounidense en el caso de que la justicia norteamericana llegara a prohibir la intercepción de comunicaciones privadas por parte de la NSA.

El sistema de escuchas francés, por ejemplo, no tiene la misma capacidad del británico, que resulta muy superior dentro de la red Echelon con el apoyo de EEUU.

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