Gérard Mortier abandonará el Festival de Salzburgo después del verano El director deja el cargo en protesta por la entrada del partido de Haider en el Gobierno

El director del Festival de Salzburgo, el belga Gérard Mortier, afirmó ayer en Barcelona que ha decidido finalmente dejar su cargo el próximo 31 de agosto, día de la clausura de la edición de este año. Mortier abandona el festival un año antes de que expire su contrato en protesta por la entrada del partido ultraderechista de Jörg Haider en el Gobierno austriaco. El director anunció ayer que el festival de 2000 será "una gran manifestación democrática" y que ha dejado preparada la programación para el de 2001, que calificó de "muy moderna".

"Los resultados de las elecciones han sido par...

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El director del Festival de Salzburgo, el belga Gérard Mortier, afirmó ayer en Barcelona que ha decidido finalmente dejar su cargo el próximo 31 de agosto, día de la clausura de la edición de este año. Mortier abandona el festival un año antes de que expire su contrato en protesta por la entrada del partido ultraderechista de Jörg Haider en el Gobierno austriaco. El director anunció ayer que el festival de 2000 será "una gran manifestación democrática" y que ha dejado preparada la programación para el de 2001, que calificó de "muy moderna".

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"Los resultados de las elecciones han sido para mí como una bofetada", afirmó Gérard Mortier, que ayer presidió en el Gran Teatro del Liceo de Barcelona la sesión de apertura de la Asamblea General de Juvenilia, el fórum de los grupos jóvenes de las asociaciones de amigos de los teatros de ópera europeos.En las elecciones austriacas, el Partido Liberal (FPÖ) -calificado de "absolutamente fascista" por Mortier- consiguió situarse como la segunda fuerza más votada del país y entrar en el Ejecutivo tras pactar con el Partido Popular (ÖVP). Como consecuencia, el director cree que tiene "la obligación de decir no". Y, para ello, aseguró que se ha autoimpuesto un deber que compartirá, entre otros, con el ex ministro de Cultura francés, Jack Lang. Mortier y Lang se reúnen hoy en Viena para hablar de una cuestión, la del ascenso de la ultraderecha, que "no sucede sólo en Austria". "Tendré que demostrar que Europa no puede aceptar esta situación", añadió.

El director belga demostró tener bien aprendido el programa cultural del FPÖ e hizo un cáustico repaso de tres de sus puntos. "En primer lugar habla de la preeminencia del idioma alemán", dijo, algo que va en contra del "europeísmo" del Festival de Salzburgo: "¡Mozart escribía en alemán y en italiano!", exclamó. Y continuó: "En segundo lugar, el FPÖ va en contra del multiculturalismo, algo que no puedo aceptar como flamenco y europeo. Y, en tercer lugar, defiende que el arte se circunscriba a la esfera de lo privado, cuando el arte no es arte si no llega al público". De este último punto, Mortier dedujo que el nuevo Gobierno austriaco "reducirá las subvenciones a la cultura".

Respecto a la actitud de otros participantes en el festival -el director de origen indio Zubin Mehta no participará-, Mortier señaló que "cada uno actúa según su conciencia", pero dejó bien claro que él prefiere la "resistencia activa al boicot". Por eso ha preparado, como anunció el martes en Viena, una fiesta orientalista financiada por un millonario egipicio. En cuanto al público asistente -un 70% del cual procede de fuera de Austria-, Mortier dijo que se han recibido pocas cancelaciones, aunque significativas. "Muchos judíos neoyorquinos han decidido no ir este año a Salzburgo y yo estoy intentando que cambien de idea", afirmó.

Mortier debía abandonar su cargo en octubre de 2001, momento en que sería sustituido por el alemán Peter Ruzicka. Dejarlo un año antes le supondrá "perder mucho dinero", dijo para responder a las críticas que ha recibido de determinados sectores que dudan de sus intenciones. Ofertas, sin embargo, no le faltan, aunque por el momento sólo aseguró que, a partir del año que viene, dará clases en la Universidad de Gante (Bélgica): "Enseñaré a los jóvenes cómo entender la situación política europea a través de la ópera". Fue algo que empezó a poner en práctica ayer mismo en su parlamenteo ante los participantes de la Asamblea de Juvenilia. "La ópera", les explicó, "tiene el poder de despertar la conciencia política y la memoria histórica en un momento en que la mayor parte de la juventud parece ser totalmente apolítica".

Notorio defensor de que la ópera acate el signo de los tiempos, Mortier señaló al grupo La Fura dels Baus y a su versión de La damnació de Fausto, de Berlioz, estrenada en la pasada edición del festival, como los precursores de "un nuevo punto de vista sobre la ópera". El director se reunió ayer por la noche con los miembros del grupo para hablar de un proyecto en común, una versión de Macbeth, de Verdi.

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