A falta de una, tres cabezas
El auténtico busto de bronce estaba en el fondo de la Ría y fue hallado justo dos días después de la presentación de dos réplicas idénticas. A falta de una, ahora hay tres cabezas de Unamuno, como expresó el alcalde de Bilbao, Iñaki Azkuna. Ayer, siete meses después de su sustracción, el busto original de Miguel de Unamuno fue finalmente encontrado, sin apenas magulladuras, pero con restos de lodo por su permanencia bajo el agua en el último medio año, según cree el Ayuntamiento.Ha sido ésta la semana del brillante y polémico escritor bilbaíno. Tras el robo del busto el pasado 7 de junio, tra...
El auténtico busto de bronce estaba en el fondo de la Ría y fue hallado justo dos días después de la presentación de dos réplicas idénticas. A falta de una, ahora hay tres cabezas de Unamuno, como expresó el alcalde de Bilbao, Iñaki Azkuna. Ayer, siete meses después de su sustracción, el busto original de Miguel de Unamuno fue finalmente encontrado, sin apenas magulladuras, pero con restos de lodo por su permanencia bajo el agua en el último medio año, según cree el Ayuntamiento.Ha sido ésta la semana del brillante y polémico escritor bilbaíno. Tras el robo del busto el pasado 7 de junio, tras un acto político de Euskal Herritarrok, el consistorio se movilizó: primero para intentar buscar la efigie de bronce, luego para asegurarse de su reposición. El lunes pasado se presentaron los dos bustos idénticos al sustraído; ayer, se localizó el original. "Las dos réplicas estarán en el Museo de Bellas Artes y en la plaza Unamuno [de donde fue arrancado] y ésta, el original, la llevaremos al Ayuntamiento. Igual la dejamos así", dijo Azkuna, señalando con su índice las muestras de lodo, "para acordarnos del poco respeto de algunos a las cosas privadas y públicas".
El Ayuntamiento bilbaíno sospechaba desde hace un mes "por informaciones de ciudadanos" que el busto de bronce reposaba en el lecho de la Ría, entre el mercado de la Ribera y el puente de San Antón. Era la misma zona que se rastreó el verano al iniciarse la búsqueda. Esta vez de nuevo se intentó localizarla, y también con buzos, pero la tarea resultó baldía. La decisión fue esperar a la llegada de las mareas vivas y ayer, en la bajamar de las 9 de la mañana, llegó el éxito.
Entre dos piedras
La efigie se hallaba en el interior de una maleta negra y la suerte quiso que quedara encajada entre dos piedras, lo que ha evitado su desplazamiento por la acción de las mareas, lo que hubiera complicado sobremanera su hallazgo. "Creemos que ha estado casi todo el tiempo [más de siete meses] ahí. Tras el robo, la dejaron en un local unos días y luego la tiraron a la Ría", precisó el concejal de Seguridad Ciudadana, Juan José Olabarria.
Azkuna se mostró convencido de que los agresores decidieron desprenderse de la escultura, pocos días después del robo, debido a la presión de la opinión pública. "Debido a lo que nos movimos tras el robo, la maleta ha ido del local donde estaba hasta el agua", señaló el alcalde, quien admitió la existencia de pistas sobre el lugar donde se escondió la escultura. "No voy a decir más. Hay que dejar trabajar a la Policía Municipal".
Agentes de la Guardia Urbana y miembros de los Bomberos rescataron la cabeza de Miguel de Unamuno. "Han tenido paciencia y han realizado un buen trabajo", señaló el primer edil felicitando a ambos cuerpos. Durante este medio año, tanto la Ertzaintza como la Policía Local ha rastreado en las herriko tabernas de HB, al sospecharse que la sustracción pudo deberse a las posiciones ideológicas del escritor bilbaíno, fallecido en Salamanca hace ya 65 años.
El busto de Unamuno ha vuelto a superar la adversidad que le ha rodeado desde el principio. Estuvo, durante el franquismo, 20 años tirado en los sótanos del Ayuntamiento hasta que en 1984 fue colocado en la plaza que lleva su nombre, en el Casco Viejo. Ayer salió de nuevo de la osucridad tras más de medio año en la Ría. Unamuno, genio y figura también después de muerto.