Cartas al director

La apuesta por la incineración

El nuevo Plan Nacional de Residuos Urbanos es la herencia de Isabel Tocino a favor de las grandes industrias al triplicar la cantidad de basuras que se incineran en nuestro país. El Consejo de Ministros del pasado 7 de enero aprobó el nuevo Plan de Nacional de Residuos Urbanos, que define las líneas de actuación en la materia para el periodo del 2000 al 2006. El plan merece la más dura crítica de Ecologistas en Acción. Pese a las buenas intenciones que proclama el plan, la realidad que se desprende de las actuaciones e inversiones previstas podría resumirse en una política continuista, con uno...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

El nuevo Plan Nacional de Residuos Urbanos es la herencia de Isabel Tocino a favor de las grandes industrias al triplicar la cantidad de basuras que se incineran en nuestro país. El Consejo de Ministros del pasado 7 de enero aprobó el nuevo Plan de Nacional de Residuos Urbanos, que define las líneas de actuación en la materia para el periodo del 2000 al 2006. El plan merece la más dura crítica de Ecologistas en Acción. Pese a las buenas intenciones que proclama el plan, la realidad que se desprende de las actuaciones e inversiones previstas podría resumirse en una política continuista, con unos objetivos de reducción totales muy modestos, de tan sólo el 6%. Coherentemente, con la poca importancia que elpPlan concede a la reducción de basuras las dotaciones a tal fin son muy escasas, representando menos del 5% del total presupuestado.Por el contrario, la incineración de las basuras, eufemísticamente denominada "valorización energética", absorbe casi el 20% del presupuesto. El objetivo declarado del nuevo plan es el de que un 12,41% de los residuos urbanos (RU) terminen quemándose en hornos, esto es, el triple que en la actualidad. Esto significa la apertura de nuevas macro-incineradoras; el plan habla de 4 nuevas plantas aunque cuidándose mucho de no precisar en qué lugares se piensan instalar.

La incineración es el sistema de tratamiento más nocivo, a causa de las emisiones de numerosos contaminantes atmosféricos, entre ellos las peligrosísimas dioxinas, la producción de CO2 y otros gases de efecto invernaderos y de la generación de residuos sólidos de alta toxicidad en forma de cenizas y escorias que quedan en el horno o se retiran de los filtros, en cantidad equivalente a un tercio de lo incinerado, lo que significa que para el 2005 tendremos que vérnoslas con más de 700.000 toneladas anuales de estos residuos de residuos. Además, a juicio de los ecologistas, tales objetivos de incineración actúan como desincentivadores del reciclaje de los materiales combustibles presentes en las basuras, especialmente los plásticos y brik. De hecho, si tan sólo se pretende reciclar al final del plan un 40% de los plásticos o un 50% de los brik, muy por debajo del 90% de los metales o del 75% del papel, es porque se está contando con servirse de aquellos materiales como combustible barato para la producción de electricidad.

Ciertamente, la ministra Tocino, ha declarado su intención de algunas incineradoras, pero el significado de esta medida es poco menos que irrelevante, si tenemos en cuenta que se trata de pequeñas incineradoras "sin valorización energética" que en total apenas tratan el 0"5% del total de los residuos urbanos generados en el Estado español. Otros aspectos del plan tampoco merecen el aplauso ecologista. Así, las actuaciones previstas encaminadas a adecuar los vertederos existentes a la nueva Directiva sobre Vertederos carecen de mérito alguno, toda vez que en ese punto no le quedaba a la ministra sino acatar las directrices europeas. Por otra parte, hay que dudar de la viabilidad del objetivo de compostar el 50% de la fracción orgánica de los RU y matizan que una cosa es ponerse a compostar a tontas y locas y otra cosa es que el compost pueda ser empleado en la agricultura sin contaminar los suelos.- Diego Herranz.

Archivado En