Nueve décadas al lado del mar

En 1903 vino a San Sebastián el príncipe de Mónaco Alberto I. Llegó por mar a bordo de su yate Alice, por aquel entonces un primoroso laboratorio oceanográfico flotante. Le trajo la curiosidad por conocer de cerca el plan de un grupo de incansables estudiosos del mundo marino, esforzados investigadores que tramaban la creación de una sociedad oceanográfica. El soberano monegasco no dudó en alentarles en su empeño, impulso al que se sumó también el rey Alfonso XIII.Con esta protección regia se fundó en 1908 la Sociedad Oceanográfica de Guipúzcoa, creada en origen con un carácter social: orienta...

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En 1903 vino a San Sebastián el príncipe de Mónaco Alberto I. Llegó por mar a bordo de su yate Alice, por aquel entonces un primoroso laboratorio oceanográfico flotante. Le trajo la curiosidad por conocer de cerca el plan de un grupo de incansables estudiosos del mundo marino, esforzados investigadores que tramaban la creación de una sociedad oceanográfica. El soberano monegasco no dudó en alentarles en su empeño, impulso al que se sumó también el rey Alfonso XIII.Con esta protección regia se fundó en 1908 la Sociedad Oceanográfica de Guipúzcoa, creada en origen con un carácter social: orientar y formar a los pescadores, aunque no se descuidó tampoco la vertiente científica. Los actuales regidores, al cumplirse nueve décadas de la firma del acta fundacional, han decidido abrir una exposición multidisciplinar en homenaje a todos los antepasados que participado en esta institución.

Los actos se celebran con dos años de retraso debido a que el proyecto de ampliación del actual Aquarium donostiarra ha concentrado todos los esfuerzos. La Sociedad Oceanográfica de Guipúzcoa, que tuvo su primera sede en 1914 en el antiguo edificio Miramar, inauguró su primer palacio del mar en 1928 y lo remodeló 70 años después dotándole de unas instalaciones modernas y de un oceanario con capacidad para dos millones de litros de agua donde hoy habitan dos tiburones.

La labor de esta institución marina, según explicó ayer Ramón Ekai, comisario de la exposición, se ha desplegado en varias líneas de actuación, desde la instrucción a los pescadores, patrones y fogoneros en la Escuela de Pesca, la primera creada en España, hasta los estudios oceanográficos de laboratorio. Han quedado en la memoria los trabajos en el campo de la meteorología que impulsó Juan Miguel Orcolaga, miembro fundador conocido con el apodo de Padre Borrascas.

La recopilación de fondos y colecciones relacionadas con el mar ocupa una de las secciones más valiosas de esta entidad. Ramón Ekai destacó la donación en 1985 de la colección Mutiozabal, compuesta por 500 planos de embarcaciones antiguas construidas entre los siglos XVIII y XX, y otros manuscritos y maquetas antiguas. El esqueleto de una ballena, herramientas de carpintería, un pesado número de libros, fotografías y películas, series de modelismo, un repertorio de aves marinas disecadas, y hasta una escafandra de los años 40 obran en poder de la Sociedad Oceanográfica guipuzcoana, que ahora ha seleccionado una muestra de todo ello para configurar la exposición, que estará abierta en el Aquarium hasta el 20 de febrero.

La conmemoración se completa con conferencias, proyecciones de películas y diaporamas, fondos sonoros, cuyo cometido engarza con los principios que inspiran los retos que la sociedad se ha fijado para el futuro: "investigar, divulgar y educar", según Ramón Ekai, los tres ejes que han distinguido a esta institución desde su creación.

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