MANUEL MALDONADO Ecólogo marino

La cara oculta del silicio

Los trabajos de Manuel Maldonado no sólo han puesto al descubierto la existencia de fósiles vivientes sino que han dotado a las esponjas de un papel hasta ahora impensado en el equilibrio oceánico. Fruto de su compleja relación ecológica con las diatomeas, se deriva, en opinión del científico madrileño, la clave para explicar de un modo radicalmente distinto al tradicional el ciclo delsilicio en el oceáno."Los silicatos, junto con nitritos, nitratos y fosfatos, son los nutrientes básicos de las cadenas tróficas marinas", razona Maldonado.

"Hasta hoy se ha creído", agrega, "que la produc...

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Los trabajos de Manuel Maldonado no sólo han puesto al descubierto la existencia de fósiles vivientes sino que han dotado a las esponjas de un papel hasta ahora impensado en el equilibrio oceánico. Fruto de su compleja relación ecológica con las diatomeas, se deriva, en opinión del científico madrileño, la clave para explicar de un modo radicalmente distinto al tradicional el ciclo delsilicio en el oceáno."Los silicatos, junto con nitritos, nitratos y fosfatos, son los nutrientes básicos de las cadenas tróficas marinas", razona Maldonado.

"Hasta hoy se ha creído", agrega, "que la producción de silicatos dependía exclusivamente de las diatomeas". Pero sus trabajos demuestran que no es así al cien por cien. Las esponjas, afirma el científico, presentan también una gran apetencia por el silicio, aunque mayoritariamente esta apetencia se manifiesta en profundidades superiores a los 200 primeros metros donde habitan las diatomeas. Depositadas en fondos a 300 o 500 metros, son capaces de construir esqueletos que reducen la parte viva de la esponja a la mínima expresión. Esos esqueletos son silicio puro.

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Todavía no es posible cuantificar cuánto del silicio global depende de las diatomeas y cuánto de las esponjas, aunque Maldonado aventura que éstas podrían ser las responsables de al menos el 30%. De ser así, debería reescribirse el ciclo de este elemento básico. Y las esponjas, animales primitivos hasta ahora poco estudiados, pasarían a ocupar un lugar clave en el inicio de las cadenas tróficas marinas.

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