El Gobierno pretende dividir por rendimiento o por especialidades a los alumnos de la ESO

El próximo curso los días de clase aumentarán en un 11% y se reducirán las optativas

El Gobierno pretende abordar una profunda reforma de la enseñanza secundaria obligatoria (ESO, de 12 a 16 años) que incluirá la división de los alumnos en grupos homogéneos por rendimiento o según la especialidad elegida (científica, técnica, humanística y artística, si se aplican las vigentes en el bachillerato). La diversificación por especialidades se adelantará a los 14 años (3º de ESO) y las asignaturas optativas que elige cada centro se reducirán con el fin de aumentar las horas de matemáticas, lengua y nuevas tecnologías. Así lo ha declarado a EL PAÍS el secretario de Estado de Educació...

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El Gobierno pretende abordar una profunda reforma de la enseñanza secundaria obligatoria (ESO, de 12 a 16 años) que incluirá la división de los alumnos en grupos homogéneos por rendimiento o según la especialidad elegida (científica, técnica, humanística y artística, si se aplican las vigentes en el bachillerato). La diversificación por especialidades se adelantará a los 14 años (3º de ESO) y las asignaturas optativas que elige cada centro se reducirán con el fin de aumentar las horas de matemáticas, lengua y nuevas tecnologías. Así lo ha declarado a EL PAÍS el secretario de Estado de Educación, Jorge Fernández, que asegura que el próximo curso se ampliará el calendario escolar de 180 a 200 jornadas.

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"O reformamos la ESO o nos cargamos la enseñanza pública", asegura Jorge Fernández, quien considera "una irresponsabilidad política no cambiar la ESO, una vez que se tienen los datos suficientes, como el elevado fracaso escolar, para saber que no está funcionando". Pero la intención del Ministerio de Educación no es retocar el texto de la Ley Orgánica de Ordenación General del Sistema Educativo (LOGSE), sino hacer "una relectura de ella y una aplicación o desarrollo distinto en puntos esenciales". "No está la educación al servicio de la ley, sino la ley al servicio de la educación", afirma el secretario de Estado.Una de las paradojas de la secundaria, añade, "es que siendo la joya de la corona de la LOGSE, está consiguiendo cargarse la enseñanza pública, hasta el punto de que se están consolidando dos redes de educación: la pública, que no busca la excelencia y bastante tiene con sobrevivir, y la privada o concertada, a la que acuden los padres que se lo pueden permitir".

Éstas son las principales reformas que el Gobierno está decidido a emprender en la próxima legislatura:

- Grupos homogéneos. Organizar grupos homogéneos de alumnos a partir de los 14 años, lo que "no es un atentado a la igualdad de oportunidades, sino un reconocimiento inteligente y flexible de la diversidad de los estudiantes", según Jorge Fernández.

La intención es separar a los alumnos en diferentes aulas. Recogiendo una idea expuesta por Esperanza Aguirre en sus tiempos de ministra, el secretario de Estado de Educación señala: "No todos los alumnos tienen que estudiar lo mismo hasta los 16 años y en todas las aulas. La idea es que aquellos estudiantes que antes de los 16 años necesiten que se les ofrezca un currículo más diverso y un tratamiento diferenciado lo puedan tener dentro del sistema educativo". No se trata de dividir a los alumnos por centros o fuera del sistema educativo, aclara Fernández, sino dentro de cada centro. El ministerio aún no ha decidido si la homogeneización se basará en el rendimiento o en las especialidades.

- Diversificación de materias. Es una medida ligada a la anterior. Se trata de crear itinerarios diferentes dentro de las especialidades científicas, tecnológicas, humanísticas y artísticas a partir de 3º de ESO y no en bachillerato, como ahora.

- Lengua y matemáticas. Se trata de dar más peso en el currículum a las enseñanzas instrumentales, sobre todo la lengua y las matemáticas. Se pretende aumentar las horas lectivas de estas materias y también reformar sus contenidos mínimos nacionales. El precedente de esta reforma de contenidos mínimos fue el plan de humanidades de Esperanza Aguirre, que fracasó hace dos años por las críticas autonómicas y el rechazo del Congreso. Al Gobierno socialista le costó dos años negociar con los responsables autonómicos los contenidos mínimos que se establecieron con la aprobación de la LOGSE.

- Optativas. Se reducirán las optativas que imparten los centros y que eligen según sus propias preferencias, pero no las de oferta obligatoria, como la cultura clásica o el segundo idioma extranjero. Los institutos pueden ofrecer hasta tres optativas de su libre elección. Esto ha hecho que existan cientos de opciones. Según Fernández, entre ellas se encuentran algunas "como mínimo pintorescas". "Como hay que reforzar otras materias troncales y no podemos incrementar la carga lectiva diaria, pretendemos solucionar este problema reduciendo este tipo de optativas y aumentando el calendario".

- Calendario escolar. Pasar de las 180 jornadas lectivas actuales a 200 permitirá ganar 500 horas en los cuatro años de la ESO, según el ministerio. "Sólo con que adelantemos un poco en septiembre el comienzo del curso y otro poco en junio, unido a la reducción de optativas, conseguiríamos horas para conseguir el refuerzo que necesitamos en humanidades, matemáticas e idioma extranjero".

Sin embargo, la realidad es que la LOGSE señala que las jornadas lectivas serán las mismas establecidas en la anterior Ley General de Educación, es decir, 220. El Estado y las comunidades son los responsables de controlar que esto se cumpla, algo que no ocurre.

- Repetición de curso. El Gobierno quiere cambiar el actual sistema de promoción automática de los alumnos que, según Fernández, "es un eufemismo para definir el aprobado general". El objetivo es establecer un mayor número de repeticiones posibles. Ahora se puede repetir dos veces a lo largo de primaria y secundaria obligatoria, aunque en primaria sólo se permite hacerlo una vez.

- Financiación. La financiación de la diversificación correrá a cargo de los presupuestos de educación de cada comunidad. La ESO ya está completamente implantada en todo el territorio y el 1 de enero de 2000 tendrán competencias educativas todas las comunidades.

El Gobierno considera que las comunidades disponen de financiación incondicionada que recibieron en el momento de los traspasos. El nuevo modelo de financiación autonómica garantiza que los recursos crezcan como mínimo como el PIB nominal, y casi el 80% del gasto educativo está referido al IPC. "Esto quiere decir que hay margen para acometer iniciativas como el adelanto de la diversificación a los 14 años sin que esto suponga un coste inasumible por las comunidades autónomas", dice Fernández.

- Nuevas tecnologías. Incluir las nuevas tecnologías (alfabetización tecnológica) como una materia más.

- Aplicación. Educación considera que algunas medidas podrán ponerse en marcha el próximo curso, mientras que el grueso de los cambios deberán esperar un año, a que en diciembre de 2000 esté listo el informe que prepara el Instituto Nacional de Calidad y Evaluación sobre la ESO.

Las medidas que se pretende aprobar antes del próximo curso son aumentar el horario y cambiar los contenidos de la lengua y las matemáticas quitando peso a las optativas, y aumentar el calendario escolar.

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