EH cumple el acuerdo y apoya el Presupuesto del PNV y EA por "la construcción nacional"

Euskal Herritarrok cumplió ayer su acuerdo parlamentario con el PNV y EA y rechazó todas las enmiendas a la totalidad presentadas por la oposición a las cuentas del País Vasco para el próximo año. Los diputados de EH asistieron al debate como si fuera de trámite y casi sin participar, salvo para justificar su apoyo porque "el Presupuesto es una herramienta para la construcción nacional". Y eso a pesar de que era la primera iniciativa legislativa de calado del Gobierno desde que se formó en enero de 1999. Los partidos de la oposición criticaron que las cuentas han perdido la perspectiva del paí...

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Euskal Herritarrok cumplió ayer su acuerdo parlamentario con el PNV y EA y rechazó todas las enmiendas a la totalidad presentadas por la oposición a las cuentas del País Vasco para el próximo año. Los diputados de EH asistieron al debate como si fuera de trámite y casi sin participar, salvo para justificar su apoyo porque "el Presupuesto es una herramienta para la construcción nacional". Y eso a pesar de que era la primera iniciativa legislativa de calado del Gobierno desde que se formó en enero de 1999. Los partidos de la oposición criticaron que las cuentas han perdido la perspectiva del país para ganarse a EH.

El parlamentario de EH, Kepa Gordejuela, subió al estrado minutos antes de la votación y explicó que el objetivo de su partido era fortalecer el proceso de construcción de la democracia vasca y desarrollar un modelo social basado en la igualdad y la justicia social. El grupo parlamentario de EH considera suficiente, de momento, que las partidas dedicadas al euskera se hayan incrementado un 22,5%, hasta sumar más de 20.000 millones de pesetas; que esté en vías de negociación una partida de 50 millones para financiar la Asamblea de Electos Municipales de Euskal Herría, Udalbiltza; que el sindicato abertzale LAB vaya a recibir 104 millones de pesetas por subvenciones atrasadas de 1987 a 1997, y que además haya crecido sustancialmente el gasto educativo y sanitario.Gordejuela tiene además esperanzas fundadas de que hasta el día 29, en que finalmente serán aprobados los presupuestos del País Vasco, los partidos que sustentan al Gobierno sean capaces de entenderse para aprobar otras de sus enmiendas parciales. El sentido del voto de EH era la única y gran incógnita del pleno, alimentada por la confusa negociación entre la formación de Arnaldo Otegi y el Ejecutivo. Las principales magnitudes del proyecto, que contempla un gasto de 861.000 millones de pesetas para el próximo año y un cupo para el Estado de 150.000 millones de pesetas

EH y los ciudadanos

El pleno comenzó con la intervención de la vicelehendakari y consejera de Hacienda, Idoia Zenarruzabeitia. En una breve intervención destacó que por primera vez en varios años los presupuestos vascos incluyen, además de criterios de estabilidad, un fuerte crecimiento de las inversiones y del gasto social. Su discurso, ya conocido sobre las grandes cifras, dio paso a un debate en el que los partidos de la oposición, desde UA hasta el PSE, pasando por IU, criticaron al Ejecutivo porque se está preocupando más de satisfacer las demandas de EH que de resolver los problemas de los ciudadanos.

Para los socialistas, la entrada de la formación independentista en el juego presupuestario ha tenido aspectos positivos. "Han recibido ustedes una lección de pragmatismo, y además se ha visto que su influencia en el gasto social es mínima", dijo el portavoz Fernando Buesa, apuntando a los bancos de EH. Acto seguido, mirando hacia su derecha, al lehendakari, le criticó su "debilidad". "Han acordado un presupuesto para construir este país, y no entiendo porqué le privan de lo que se necesita en educación, sanidad y otros capítulos". Los socialistas han pedido un incremento del gasto social de 45.000 millones de pesetas.

Los portavoces de la oposición mezclaron las críticas más o menos unánimes respecto a la escasa información que el Gobierno ha facilitado sobre los remanentes de tesorería y su uso, o la reforma fiscal y las privatizaciones, pero el argumento más recurrido fue el de la construcción nacional contra la construcción social.

El representante del PP, Leopoldo Barreda pidió con rotundidad la privatización del Ente Vasco de la Energía y un refuerzo de 14.000 millones para inversión. Pero sus mayores dudas se centraron en cómo quedarán las cuentas tras el debate de las enmiendas parciales: ¿Cuanto quedará de su presupuesto cuando pase por el filtro de EH?, preguntó. Barreda también dudó de las ventajas que "ustedes van a sacar de su pacto con ETA".

Sin vuelta atrás

Ese emplazamiento encendió a Juan María Ollora. El diputado del PNV se encargó de defender al Gobierno y de dejar muy claro que el proyecto político del PNV no tiene vuelta atrás. "No le acepto que me diga que queremos ventajas políticas por la paz, precisamente ustedes, que nos quieren barrer". Ollora adoptó el papel que el portavoz peneuvista,Joseba Egibar, adopta en los plenos más políticos, y afirmó contundente: "Vamos a seguir trabajando para construir este país, y no le quepa la menor duda que lo vamos a hacer con todos, con ustedes -refiriéndose al PP- y con aquéllos, no ignorándoles y aplastándoles", dijo indicando los bancos de EH.

Koldo Usín, de IU, criticó que las cuentas no desarrollan la Carta de Derechos Sociales, y la representante de UA, Enriqueta Benito, dijo que, en su opinión,Alava dispondría de mejores infraestructuras sin la centralidad del Gobierno vasco.

El proyecto incluye 104 millones para LAB que los tribunales ordenaron parar

El portavoz del PNV, Juan María Ollora acabó reconociendo que la inclusión de una partida económica para el sindicato LAB de 104 millones era una decisión política del PNV y EA. Pero le costó tiempo e imagen hacerlo, y cuando se decidió, se le notó en la cara que le habían pillado fuera de juego.Las críticas del PP por la inclusión en los presupuestos de esa partida provocó una justificación del parlamentario nacionalista demasiado judicial y complaciente. Ollora explicó ante los parlamentarios, con evidente falta de información, que una sentencia del Tribunal Supremo dejaba absolutamente claro que LAB había sido tratado injustamente por el Gobierno vasco y no había recibido las subvenciones que legalmente le correspondían de acuerdo a su representación, entre los años 1987 y 1997.

El parlamentario del PP, Leopoldo Barreda no le perdonó el error y le enmendó la plana. Barreda le recordó que no se trataba del Tribunal Supremo, sino del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco. Además, al contrario de lo que dijo Ollora, el auto de la Sala de lo Contencioso administrativo del TSJPV no recomienda que se abone el dinero, sino que obliga al Gobierno a que suspenda cautelarmente el abono de esos 104 millones de pesetas, como se había establecido el pasado 11 de noviembre de 1998 en una orden del Departamento de Justicia, Economía Trabajo y Seguridad Social, dirigido entonces por el también hoy consejero Sabin Intxaurraga (EA). El Gobierno no ha tenido ningún complejo en solucionar el asunto, en contra del actual criterio de los tribunales, metiéndo esa cantidad en los Presupuestos. Al ser éstos una ley, se sortea la suspensión judicial por la Sala de lo Contencioso, ya que tendrían que ser recurridos ante el Tribunal Constitucional.

Visiblemente enfadado por el error cometido, Ollora replicó con dureza a los populares, que criticaron que el proyecto tenía el sesgo de Lizarra. "Haremos construcción nacional o construcción mundial", dijo, tras asegurar que el pago a LAB era la reparación de una injusticia hecha en la época de Ardanza.

Zenarruzabeitia, las cuentas del 2000 y la convergencia real

La vicelehendakari, Idoia Zenarruzabeitia, defendió ayer el proyecto de Presupuestos y lo englobó en la política económica del Gobierno, que se sustenta "en el equilibrio y en la no generación de déficit" de cara a lograr la convergencia real con la Unión Europea. Zenarruzabeitia, como responsable del área económica el Gobierno, fue la encargada de abrir el debate de las enmiendas a la totalidad presentadas a los Presupuestos del País Vasco. El proyecto presentado por Lakua recoge un montante de gastos para los departamentos del Gobierno de 861.000 millones de pesetas, de los cuales, el 70% (600.000 millones de pesetas) se dedican a gasto social, criterio en el que se incluyen las dos partidas claves, educación y sanidad). Zenarruzabeitia destacó que por primera vez se puede dedicar importantes recursos a la inversión. Según la vicelehendakari, las variables macroeconómicas, la creación de empleo y la reducción del paro continuarán en los próximos años, aunque no a los ritmos conocidos hasta ahora en Euskadi. Respecto a al rebrote de la inflación, indicó que las medidas puestas en marcha por el Gobierno central y las elaboradas por el Banco Central Europeo llevarán la inflación a un nivel similar a la media europea.

Una obsesión

La convergencia real se ha convertido casi en una obsesión de Zenarruzabeitia, que cada vez que habla en público sobre las cuentas de las administraciones vascas, ya sean de la comunidad o de las diputaciones, destaca este criterio. Euskadi debe estar a la cabeza y llegar antes que el resto de España. Zenarruzabeitia es una clara seguidora del criterio implantado en la Vicelehendakaritza por su antecesor y hoy lehendakari, Juan José Ibarretxe: insistir es conseguir.

La intención del Gobierno es que el gasto público y la inversión crezcan cinco puntos más que la economía. El cuadro macroeconómico que pinta el Gobierno responde a un crecimiento de un 3,3%, una inflación del 2,8% y una reducción del paro de dos puntos hasta situarlo en un 14%.

La inversión pública, un aspecto que los socialistas consideran insuficiente, es para Zenarruzabeitia una de las claves de este Presupuesto. Así, las cuentas del próximo año prevén destinar a inversiones reales y transferencias de capital 123.373 millones de pesetas, casi un 22% más de lo previsto en 1998, fecha en que el Parlamento aprobó su último Presupuesto. En estas inversiones destacan los 31.000 millones de pesetasque se dedicarán al Plan Euskadi 2003, anunciado por el lehendakari a finales de septiembre.

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