El cine español acapara el interés en el Festival de La Habana

Está demostrado. El Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana tiene vocación hispano-cubana. Como en anteriores ediciones, en este XXI Festival el cine español ocupa un lugar de privilegio, tanto por el interés que despierta en el público cubano la muestra de películas españolas -pese a que no compiten- como por la nutrida presencia de actores, directores, jurados y también de productores de España, quienes en la actualidad coproducen la mayoría de los largometrajes que se hacen en la isla. Es el caso de Un paraíso bajo las estrellas, del director Eduardo Chijona, una ...

Está demostrado. El Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana tiene vocación hispano-cubana. Como en anteriores ediciones, en este XXI Festival el cine español ocupa un lugar de privilegio, tanto por el interés que despierta en el público cubano la muestra de películas españolas -pese a que no compiten- como por la nutrida presencia de actores, directores, jurados y también de productores de España, quienes en la actualidad coproducen la mayoría de los largometrajes que se hacen en la isla. Es el caso de Un paraíso bajo las estrellas, del director Eduardo Chijona, una comedia de enredos de ritmo trepidante y argumento cubano hasta la médula que se desarrolla tras las bambalinas del cabaré Tropicana. Está protagonizada por los cubanos Thais Valdés y Vladimir Cruz (Fresa y chocolate) y tienen pequeños papeles Amparo Muñoz y Javier Gurruchaga. El estreno ante el público cubano fue todo un éxito. Las profecías de Amanda, de Pastor Vega, es la segunda cinta cubana en concurso. En ella, Daysi Granados es Amanda, un personaje humilde que tiene la facultad de leer el pasado y prever el futuro, lo que provoca interés y a la vez rechazo...La muestra de cine español trae este año cintas como La niña de tus ojos, de Fernando Trueba; Los lobos de Washington, de Mariano Barroso; Flores de otro mundo, de Icíar Bollaín; Todo sobre mi madre, de Almodóvar, o Solas, de Benito Zambrano. Zambrano, que estudió en la Escuela de Cine Latinoamericano de San Antonio de los Baños, es uno de los cineastas españoles que ha viajado a La Habana estos días y es quizás el mejor símbolo de la buena química que existe entre los cineastas españoles y cubanos, y que el desaparecido Tomás Gutiérrez Alea contribuyó a impulsar. Barroso y Manuel Pérez Extremera, ambos profesores de la Escuela, son otros ejemplos de esta cooperación, que tiende a crecer. Ellos se encuentran también en La Habana, como Marisa Paredes, quien el fin de semana asistió a la presentación fuera de concurso de El coronel no tiene quien le escriba, la última película de Ripstein, quien ha recibido un premio de honor en este festival por su trayectoria.