Un brasileño lleva a las favelas la informática

Un brasileño de 30 años, Rodrigo Baggio, está consiguiendo su sueño de "alfabetizar informáticamente" a los muchachos más pobres de las favelas de Brasil. Lleva ya convertidos al mundo del ordenador y a Internet a más de 20.000 jóvenes de 80 favelas de varias ciudades del país, sobre todo de Río de Janeiro. El resultado es espectacular: más de la mitad de los "alfabetizados" han cambiado radicalmente de vida y han encontrado enseguida trabajo. Los indios guaraníes de un pequeño poblado indígena han conseguido publicar un periódico local y un buen número de jóvenes de las favelas que están en l...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Un brasileño de 30 años, Rodrigo Baggio, está consiguiendo su sueño de "alfabetizar informáticamente" a los muchachos más pobres de las favelas de Brasil. Lleva ya convertidos al mundo del ordenador y a Internet a más de 20.000 jóvenes de 80 favelas de varias ciudades del país, sobre todo de Río de Janeiro. El resultado es espectacular: más de la mitad de los "alfabetizados" han cambiado radicalmente de vida y han encontrado enseguida trabajo. Los indios guaraníes de un pequeño poblado indígena han conseguido publicar un periódico local y un buen número de jóvenes de las favelas que están en la cárcel consiguen comunicarse electrónicamente con sus familias.Este carioca es autodidacto, nunca frecuentó la universidad y pertenece a la clase media brasileña. Su padre era un funcionario de IBM y él empezó a aficionarse a los ordenadores a los 12 años. Antes de poner en marcha la actual iniciativa, puso en marcha varios proyectos que le aportaron grandes beneficios. Sin embargo, su sueño era realizar un trabajo de voluntariado.

Reconocido por la Unesco

Gracias a esta iniciativa, Baggio ha sido considerado por la Unesco como uno de los líderes del próximo milenio, ha sido invitado a la Casa Blanca y reclamado por la revista Time. Este joven ha recorrido ya medio mundo relatando lo difícil que le resultó empezar su aventura. Nadie le creía. Cuenta que llegó a telefonear hasta 40 veces a una empresa para que le dieran los ordenadores en desuso. Poco a poco, tras haber lanzado una campaña nacional para la recogida de ordenadores usados y sin ayuda del Gobierno ni de organizaciones privadas empezaron a llegarle ordenadores.Incluso el Tribunal Regional Electoral de Río de Janeiro le ha enviado 60 ordenadores y el padre del creador de Microsoft, Bill Gates, le ofreció 4,5 millones de dólares (720 millones de pesetas) en software para las escuelas que había organizado con los chicos pobres. Baggio invirtió 150.000 dólares (24 millones de pesetas) en crear el Comité para la Democratización de la Informática. Posteriormente ha abierto filiales de este comité en Japón y Filipinas. Biaggio ha comentado que las favelas de Brasil son palacios comparadas con las de Filipinas, lo que hace su labor aún más difícil.

Con su experiencia, Baggio quiere demostrar que el uso del ordenador no debe limitarse a las clases sociales privilegiadas y que los pobres de hoy lo serán doblemente el próximo siglo, si no se familiarizan con la informática.

En Río ya se ven trabajadores que viven en favelas y, aunque algunos no saben leer ni escribir, ofrecen sus servicios profesionales por medio de tarjetas personales impresas por ordenador, realizadas precisamente por los jóvenes de las favelas a los que Baggio está alfabetizando informáticamente.

Archivado En