Más para oír que para ver

El sonido gana terreno en la creación de audiovisuales de los alumnos de Bellas Artes

La Facultad de Bellas Artes ha sacado los montajes audiovisuales que realizan sus alumnos de las aulas de Leioa. Las salas de exposiciones del BBV en su sede de San Nicolás, en el Casco Viejo bilbaíno, vuelven a albergar videomontajes y instalaciones hechas en la Universidad. Este año muchas de las obras seleccionadas piden al espectador que escuche con atención. Más que en las 11 exposiciones organizadas con anterioridad, hay que ver y, sobre todo, oír. "La novedad es el sonido", señala Josu Rekalde, coordinador de la exposición y catedrático de Audiovisuales.Rekalde cree que el creciente int...

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La Facultad de Bellas Artes ha sacado los montajes audiovisuales que realizan sus alumnos de las aulas de Leioa. Las salas de exposiciones del BBV en su sede de San Nicolás, en el Casco Viejo bilbaíno, vuelven a albergar videomontajes y instalaciones hechas en la Universidad. Este año muchas de las obras seleccionadas piden al espectador que escuche con atención. Más que en las 11 exposiciones organizadas con anterioridad, hay que ver y, sobre todo, oír. "La novedad es el sonido", señala Josu Rekalde, coordinador de la exposición y catedrático de Audiovisuales.Rekalde cree que el creciente interés de los artistas por experimentar con los sonidos radica en la saturación de imágenes, con las que resulta cada vez más difícil crear algo nuevo. "Da la impresión de que todo lo que vemos se parece entre sí", explica. "El sonido llega antes al espectador y se recibe con menos prejuicios".

La decimosegunda exposición audiovisual de la Facultad de Bellas Artes estará abierta al público hasta el 9 de diciembre. En las instalaciones seleccionadas para la muestra no es fácil distinguir los antiguos límites de los montajes videográficos. "Se plantea la instalación como una obra de arte total que aúna conceptos perceptivos de diversos ámbitos para concentrarlos y proponerlos convenientemente dosificados en cada una de las piezas", dice el decano de Bellas Artes, Ander González Antona.

La edición, por vez primera, de un disco compacto que reúne 16 creaciones sonoras realizadas por los alumnos, que se entrega con el catálogo convencional, muestra el creciente protagonismo de la parte sonora en los audiovisuales.

Pero también queda patente que el sonido es importante en las 19 instalaciones multimedia que contrastan con la arquitectura decimonónica del edificio de San Nicolás, y en la veintena de vídeos que se exhiben. "Lo sonoro es parte fundamental de las instalaciones", destaca Rekalde. Las creaciones sonoras, piezas con una duración que oscila entre los 35 segundos y los siete minutos y medio, se pueden escuchar en una sala habilitada con este fin.

González Antona aprovechó ayer la apertura de la muestra para reivindicar que la Universidad sea el referente que defina "los límites de este pensamiento que llamamos arte", como ocurre en otras disciplinas del conocimiento. En la tarea de decidir qué es arte y valorar su calidad, González Antona quiere que pierdan protagonismo "los canales de distribución del arte y sus correligionarios: los gobernantes de los museos, los galeristas, los críticos, los conservadores y los mecenas".

En paralelo a la exposición, la facultad ha organizado la próxima semana un taller a cargo de la autora canadiense de cine de animación Caroline Leaf, que se encuentra esta semana en la capital vizcaína. Leaf forma parte del jurado del Festival Internacional de Cine Documental y Cortometraje de Bilbao.

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