Los intereses políticos

La adhesión de China a la OMC es el broche de oro del indiscutible sello personal de Bill Clinton en la política exterior estadounidense: la utilización del poderío económico de EEUU como medio para conseguir fines políticos estratégicos. Porque si bien en cierto que económicamente China deberá abrirse al mundo tras su ingreso a la organización que regula el comercio mundial, no menos cierto es el hecho que esta apertura también conllevará un cambio social.En apenas un año y medio como presidente, durante su primer mandato entre 1992 a 1996, Clinton logró desvincular la renovación del carnet d...

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La adhesión de China a la OMC es el broche de oro del indiscutible sello personal de Bill Clinton en la política exterior estadounidense: la utilización del poderío económico de EEUU como medio para conseguir fines políticos estratégicos. Porque si bien en cierto que económicamente China deberá abrirse al mundo tras su ingreso a la organización que regula el comercio mundial, no menos cierto es el hecho que esta apertura también conllevará un cambio social.En apenas un año y medio como presidente, durante su primer mandato entre 1992 a 1996, Clinton logró desvincular la renovación del carnet de socio comercial preferente de China de las protestas por la violación a los derechos humanos en ese país y la proliferación de armas nucleares, entre otros temas.

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Incluso durante la semana pasada, en plenas negociaciones para alcanzar el acuerdo comercial anunciado el lunes, la justicia china condenó a más de 12 años de prisión a cuatro cabecillas de la secta religiosa Falun Gong sin que ello produjera el mínimo impacto en las mencionadas conversaciones.

Según fuentes de Washington, la creencia de Clinton es que a través del libre mercado logrará el cambio en la política y la sociedad china que no lograron su antecesor George Bush, para que no vuelvan a producirse sucesos como el de Tiananmen.

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