De la nostalgia al comercio

Hace un mes le tocó el turno a los jóvenes miembros de los centros vascos repartidos por el mundo; ayer vinieron sus mayores, un selecto grupo de 74 entre los 17.760 socios que suman las 155 euskal etxeak repartidas por todo el planeta, y que fueron recibidas por la vicelehendakari, Idoia Zenarruzabeitia, como primer paso de una intensa semana que concluirá con la celebración del II Congreso Mundial de Colectividades Vascas en el Exterior entre el martes y el viernes de la semana próxima.Entre los participantes en este congreso que tiene carácter cuatrienal se encuentra Josu Garritz, de padre ...

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Hace un mes le tocó el turno a los jóvenes miembros de los centros vascos repartidos por el mundo; ayer vinieron sus mayores, un selecto grupo de 74 entre los 17.760 socios que suman las 155 euskal etxeak repartidas por todo el planeta, y que fueron recibidas por la vicelehendakari, Idoia Zenarruzabeitia, como primer paso de una intensa semana que concluirá con la celebración del II Congreso Mundial de Colectividades Vascas en el Exterior entre el martes y el viernes de la semana próxima.Entre los participantes en este congreso que tiene carácter cuatrienal se encuentra Josu Garritz, de padre pamplonés y madre bilbaína, aunque él ya nacido en México DF, de cuya Euskal Etxea fue presidente, como lo es ahora del Instituto Vasco-Mexicano de Desarrollo. Garritz representa bien ese cambio del carácter de estos centros donde se reúne la diáspora vasca. "En estos momentos estamos impulsando las relaciones económicas con Euskadi y sus empresarios. Una vez que México ha superado la crisis de 1994, ya hemos conseguido que 16 firmas vascas se establezcan allí", comenta Josu Garritz, quien participará en el congreso con una ponencia referente a la financiación de los centros vascos, convertidas hoy día en auténticas embajadas comerciales para las instituciones de la comunidad autónoma.

Desde la primera que se abrió en Montevideo en 1876 con el nombre de Laurak Bat hasta la último legalizada, la de Cuba -que cuenta con 7.562 socios repartidos por toda la isla, como señala Mary Ruiz de Zárate-, estos centros sirvieron, en principio, para aliviar la nostalgia de unos expatriados que se sentían unidos por lazos culturales. Este hecho ya no es dominante, al mismo tiempo que sus asociados han dejado de ser oriundos directos del País Vasco y Navarra para pasar a ser hijos y nietos de aquellos emigrantes y exiliados.

De ahí que "la orientación de los centros haya ido cambiando hacia un enfoque más utilitario, con especial atención a las relaciones comerciales, sin olvidar el aspecto cultural, por supuesto", explica Josu Legarrreta, director de relaciones con las colectividades vascas.

La jornada de ayer continuó con una visita al Parlamento vasco, donde los 74 invitados procedentes de 18 países (desde Australia a Francia o España, pasando por EEUU, México o Argentina) fueron recibidos por su presidente, Juan María Atutxa.

El próximo lunes, el lehendakari, Juan José Ibarretxe, abrirá el congreso, que se celebrará en la sede de la Presidencia vasca en Vitoria. Del cónclave saldrán las directrices de la política del Gobierno vasco para con las colectividades asentadas fuera de Euskadi para los próximos cuatro años.

Otros asuntos que también serán debatidos son la propuesta del financiero americano de origen vasco Ray Aspiri de crear una asociación mundial de empresarios vascos y la iniciativa de extender al ámbito mundial la asociación internacional de amigos de los vascos creada en Francia.

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