Baleares cambiará su ley de pesca tras negociar con la flota alicantina Los barcos peninsulares podrán entrar en cualquier puerto isleño

El 1 de noviembre se pondrá fin a un año y medio de conflictos entre Baleares y los pesqueros alicantinos. Un decreto de la Consejería de Pesca de las islas permitirá a la flota peninsular entrar en cualquier puerto balear después de faenar, y no a uno predeterminado. Los pescadores alicantinos consiguen así uno de sus máximos deseos desde que el 13 de junio de 1998 la junta general de la Federación de Cofradías de Alicante llamara a la desobediencia frente a unas normas que perjudicaban sus intereses.

El consejero de Pesca de Baleares, Joan Mayol, adquirió este compromiso en una reunió...

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El 1 de noviembre se pondrá fin a un año y medio de conflictos entre Baleares y los pesqueros alicantinos. Un decreto de la Consejería de Pesca de las islas permitirá a la flota peninsular entrar en cualquier puerto balear después de faenar, y no a uno predeterminado. Los pescadores alicantinos consiguen así uno de sus máximos deseos desde que el 13 de junio de 1998 la junta general de la Federación de Cofradías de Alicante llamara a la desobediencia frente a unas normas que perjudicaban sus intereses.

El consejero de Pesca de Baleares, Joan Mayol, adquirió este compromiso en una reunión mantenida el pasado jueves con representantes de las cofradías alicantinas. La condición que puso fue que se respetara el horario de pesca establecido por el Gobierno de las islas, que quedó reducido en una hora desde septiembre de 1997. Para vigilar que todos los barcos regresan a puerto a las 18:00 horas, las cofradías deberán sellar la hora a la que los barcos zarpan y amarran en sus puertos. Esta reducción iba en detrimento de los intereses de la flota alicantina, cuyos barcos pescan en aguas internacionales, a 150 metros de profundidad y a una distancia de la costa de entre 12 y 14 millas, mucho más lejos que los baleares. La ley limita a 14 horas la jornada laboral de los pesqueros y, teniendo en cuenta que la mayoría de los buques emplea entre cinco y seis horas en navegar, el tiempo de trabajo efectivo se ve reducido a ocho horas y, en algunos casos, a cinco.Con todo, la norma que más trastornos causaba a los pesqueros alicantinos era la obligatoriedad de regresar al puerto del que se había partido. "Los pescadores no pescan todos los días en el mismo sitio. Tienen que buscar las zonas donde haya pesca y, para ahorrar tiempo, deben regresar al puerto más cercano, y no al mismo del primer día", explica el portavoz del grupo socialista del Ayuntamiento de La Vila Joiosa (La Marina Baixa), Salvador Marcet, promotor del encuentro.

Esta modificación de la legislación pesquera de las islas Baleares se reflejará en un decreto. Joan Mayol aseguró al presidente de la cofradía de Dénia (La Marina Alta), Juan José Camarena, y al vicepresidente de la de La Vila Joiosa, Antonio Galiana, que si en 15 días ese decreto no ha aparecido publicado en el BOE, redactará una disposición transitoria en la que se otorgue a los barcos peninsulares el permiso para regresar al puerto que deseen.

El encuentro concluyó también con la promesa de Mayol de ser "condescendiente" con el pago de las multas que acumulan los barcos alicantinos desde que empezaran a desobedecer la normativa balear. Según Marcet, la flota adeuda 160 millones en concepto de denuncias, 105 de los cuales corresponden a barcos de La Vila Joiosa. Pese a esta muestra de buena voluntad, los pescadores no retirarán por el momento los recursos contenciosos administrativos que han presentado en los tribunales.

Hace año y medio que la flota pesquera alicantina se declaró en rebeldía contra Baleares y empezó a tomar medidas que forzaran una negociación. El incumplimiento de los horarios y la libre elección del puerto de regreso han sido actitudes habituales desde entonces.

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