"Está usted detenido, todo lo que diga puede ser usado en su contra"

El 16 de octubre de 1998, un Pinochet adormilado por los sedantes escuchó la orden que abría un proceso histórico

Los pacientes de la London Clinic, una mansión de varias plantas que se eleva en el barrio de Maylebone, han vuelto a cerrar sus ojos. Ya han dado las once de la noche y las luces de algunos cuartos todavía centellean. Tres hombres y una muchacha, dos de paisano y uno con uniforme de policía, son guiados por la enfermera responsable de la séptima planta a una habitación custodiada por una guardia pretoriana. Es la que ocupa el paciente Augusto Pinochet, ex jefe del Estado, ex comandante del Ejército y capitán general de la República de Chile. Operado de la espalda el viernes 9 de octubre (1998...

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Los pacientes de la London Clinic, una mansión de varias plantas que se eleva en el barrio de Maylebone, han vuelto a cerrar sus ojos. Ya han dado las once de la noche y las luces de algunos cuartos todavía centellean. Tres hombres y una muchacha, dos de paisano y uno con uniforme de policía, son guiados por la enfermera responsable de la séptima planta a una habitación custodiada por una guardia pretoriana. Es la que ocupa el paciente Augusto Pinochet, ex jefe del Estado, ex comandante del Ejército y capitán general de la República de Chile. Operado de la espalda el viernes 9 de octubre (1998), un Pinochet adormilado, bajo el efecto de los sedantes, escucha al inspector detective de Scotland Yard y luego a la intérprete, que han entrado junto con la nurse: "Está usted arrestado, todo lo que usted diga puede ser utilizado en su contra".Andrew Hewitt, un hombre alto de casi dos metros y delgado como un modelo de ropa masculina, es miembro de la brigada de operaciones especiales del departamento de extradición de Scotland Yard. Tras anunciar el arresto en inglés y mientras la intérprete traduce en español, saca un papel, un formulario rellenado a mano.

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"Región de Londres, tribunal penal de Bow Street, a los miembros de la Fuerza de Policía Metropolitana: habiendo evidencia de que Augusto Pinochet Ugarte, de ahora en adelante "el imputado", es acusado de haber cometido delito, de que entre el 11 de septiembre de 1973 y el 3 de diciembre de 1988, dentro de la jurisdicción del juzgado de instrucción número 5 de la Audiencia Nacional de Madrid, ha asesinado ciudadanos españoles en Chile, dentro de la jurisdicción del Gobierno de España. Y habiendo información de que el imputado está o se cree que está en o en camino del Reino Unido; y me parece que la conducta alegada constituye un delito de extradición; y dado que he sido informado al punto de que se justifica, en mi opinión, dictar una orden de arresto de una persona acusada de un delito dentro de la región de Londres; se le requiere arrestar al imputado y traerle delante un Magistrado Metropolitano en el tribunal penal de Bow Street. El 16 de octubre de 1998, firmado por el Magistrado Metropolitano Nicholas Evans".

¿Cómo había llegado Pinochet a Londres? El embajador británico en Santiago, Gwynne Evans, fue contactado, de manera informal, a primeros de septiembre, para hacerle saber que Pinochet se proponía realizar el viaje.

Evans, según información oficial del Foreign Office (Ministerio de Exteriores), transmitió a Londres: "Es una visita privada y la embajada no participa en los detalles prácticos, aunque, como en otras ocasiones, queremos saber si hemos de hacer algo sobre una amenaza física de su seguridad".

El entonces embajador de Chile en Londres, Mario Artaza, informó al Foreign Office el 16 de septiembre de 1998 de la visita que Pinochet se proponía realizar, cuando solicitó, en una gestión rutinaria, el uso de las instalaciones para autoridades en el aeropuerto de Heathrow con vistas a su llegada. Se trata de la llamada sala VIP.

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Pinochet llegó a Londres el 22 de septiembre, en un vuelo procedente de Francfort. Ningún funcionario del Gobierno británico acudió al aeropuerto para recibirle. Era una visita privada. Tres días más tarde, la sección de Amnistía Internacional (AI) en el Reino Unido difundió, el 25 de septiembre, un documento que circuló en varios países europeos, entre ellos España: "La visita del general Augusto Pinochet a Europa".

Según AI, "los Estados parte de la Convención contra la Tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos y degradantes de Naciones Unidas deben tomar nota de su obligación internacional que establece que todo Estado parte en cuyo territorio se encuentre la persona de la que se supone que ha cometido tortura o acto que constituya complicidad o participación en la tortura procederá a su detención o tomará otras medidas para asegurar su presencia. Información en los medios de comunicación indica que el general Augusto Pinochet, ahora senador vitalicio en virtud de la Constitución aprobada durante su mandato, estaría visitando países europeos incluyendo Gran Bretaña".

A primeros de octubre, Pinochet solicitó en la embajada de Francia en Londres una visa para ir a París. Su amigo, el empresario de origen suizo Peter Schaad le había invitado a pasar unos días en el hotel Ritz. Los representantes de Pinochet presentaron un pasaporte diplomático, pero no pudieron acreditar que el general realizaría en Francia misión alguna. La embajada francesa negó la visa, pero sugirió a Pinochet que viajase con su pasaporte, sin más.La decisión francesa supuso una frustración para Pinochet, que deseaba visitar el país de sus ancestros, pero al mismo tiempo hubiera servido de pista. Los franceses no aceptaban el pasaporte diplomático de Pinochet como único documento para tramitar una misión diplomática. Pinochet sabía que viajar a Francia sin misión diplomática era una decisión de alto riesgo. Y, sin embargo, era en esas condiciones en las que se hallaba en Londres, sin misión diplomática formalizada, solo con pasaporte diplomático extendido por el Gobierno de Chile. Pero, claro, en Londres, su país preferido para vivir, el general se sentía seguro. La embajada francesa en Londres comunicó con el embajador francés en Santiago y le informó que había rechazado dar una visa diplomática al ex dictador. Y en Santiago trascendió ampliamente.

El fin de semana del 12 y 13 de octubre, de Londres llegaron a Madrid nuevas informaciones sobre la presencia de Pinochet. La prensa chilena había informado de que el general, sintiéndose muy mal, había optado por operarse de su espalda. AI-Reino Unido había intentado arrestar a Pinochet en 1991, 1994, 1995 y 1997. Pero la policía londinense había considerado, en respuesta a las peticiones, que los indicios disponibles no eran "suficientes". AI golpeó las puertas de Madrid. Pero era el puente del Pilar. Había que esperar unos días.

Las acusaciones populares y particulares en el caso de Chile propusieron al juez Manuel García-Castellón, el miércoles 14, hacer alguna actuación. El juez aclaró que no emitiría una orden de detención internacional sin antes interrogar a Pinochet. Decidió, pues, solicitar una comisión rogatoria. Pero esta nunca se expidió. Porque el jueves 15, las acusaciones se dirigieron al juez Baltasar Garzón, quien insistió ese mismo día, 15, en que se localizara a Pinochet en Londres a fin de viajar y poder interrogarle por delitos de genocidio, terrorismo y tortura. Londres, a través de Interpol, preguntó si esa petición indicaba el deseo del juez de solicitar la extradición de Pinochet, lo que, señalaba, exigía, caso de que fuera así, una orden de detención internacional.

Baltasar Garzón, a las tres en punto de la tarde de viernes 16 de octubre de 1998, resolvió seguir por esa vía: redactó la orden internacional de detención por genocidio, terrorismo y torturas por un caso concreto y 79 sin especificar. Esa es la orden que en la tarde del viernes 16 de octubre de 1998 llevó al Home Office (Ministerio del Interior británico) a preguntar al Foreign Office (Ministerio de Asuntos Exteriores) si Pinochet estaba en Londres en "misión diplomática", una pregunta que fue respondida negativamente.

El ministerio de Exteriores de Chile había extendido, antes de empreder su viaje, un pasaporte diplomático a Pinochet, pero el ex dictador no había proporcionado los datos para el envío de la llamada nota verbal a Londres, documento acreditativo de la misión.

El juez Evans convirtió, pues, en presencia de los policías de Scotland Yard, la orden de arresto del juez Garzón en una orden británica. Fue el folio que los inspectores llevaron a la London Clinic para detener a Pinochet.

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