Ribó propone una moratoria sobre el cultivo y la venta de transgénicos

El presidente de IC-V, Rafael Ribó, dijo ayer que si su formación participa en un gobierno de izquierdas al frente de la Generalitat, propondrá una moratoria inmediata sobre el uso de productos transgénicos, así como sobre su manipulación y venta. Ribó propondrá la prohibición de que se registren patentes sobre las nuevas formas de vida.

Ribó explicó que todavía no se conocen los efectos que estos productos tiene sobre la salud y que no hay información que notifique al usuario que está consumiendo un producto que no es natural. El dirigente de IC-V presentó ayer las propuestas que lo...

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El presidente de IC-V, Rafael Ribó, dijo ayer que si su formación participa en un gobierno de izquierdas al frente de la Generalitat, propondrá una moratoria inmediata sobre el uso de productos transgénicos, así como sobre su manipulación y venta. Ribó propondrá la prohibición de que se registren patentes sobre las nuevas formas de vida.

Ribó explicó que todavía no se conocen los efectos que estos productos tiene sobre la salud y que no hay información que notifique al usuario que está consumiendo un producto que no es natural. El dirigente de IC-V presentó ayer las propuestas que los departamentos de Agricultura y Sanidad de un gobierno de mayoría plural de izquierdas tendrían que adoptar como prioritarios en caso de gobernar la Generalitat. El lugar elegido para hacer la presentación fue la calle de Marina de Barcelona, donde se encuentra la multinacional Novartis, que utiliza productos transgénicos para la elaboración de sus fármacos y alimentos. Ribó denunció que en España no existen controles públicos sobre este tipo de productos, frente a las políticas de control e incluso prohibición que ya se están aplicando en otros países de la Unión Europea. Asimismo consideró incongruente que mientras que el 60% de la ciudadanía española está en contra de los transgénicos, hay en España 20.000 hectáreas de cultivos de estos productos, de modo que es el primer país en número de hectáreas de la Unión Europea y también el primer país importador de soja transgénica. "No estamos en contra de la investigación genética sobre los alimentos, estamos en contra de la falta de información sobre lo que significan estos alimentos y sobre las dependencias que generan en la agricultura". Éstos son, según Ribó, los "dos grandes brazos de los efectos negativos de los transgénicos, que en la Unión Europea están controlados y en España y Cataluña se están dejando de la mano de las multinacionales".

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