Los virus revelan las ventajas del sexo

Los seres vivos están continuamente mutando y probando alternativas. Cuando una mutación mejora la supervivencia o la eficacia reproductiva de un individuo, lo normal es que se propague a buen ritmo en las siguientes generaciones. Pero ¿qué ocurre si dos o más mutaciones beneficiosas surgen simultáneamente en distintos individuos de la misma población? El resultado entonces depende del sexo, y el trabajo de Santiago Elena y su equipo del Institut Cavanilles de Biodiversitat i Biología Evolutiva de la Universidad de Valencia (Science, 10 de septiembre) ha ayudado a entender por qué.Elena y su g...

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Los seres vivos están continuamente mutando y probando alternativas. Cuando una mutación mejora la supervivencia o la eficacia reproductiva de un individuo, lo normal es que se propague a buen ritmo en las siguientes generaciones. Pero ¿qué ocurre si dos o más mutaciones beneficiosas surgen simultáneamente en distintos individuos de la misma población? El resultado entonces depende del sexo, y el trabajo de Santiago Elena y su equipo del Institut Cavanilles de Biodiversitat i Biología Evolutiva de la Universidad de Valencia (Science, 10 de septiembre) ha ayudado a entender por qué.Elena y su grupo han utilizado como modelo de laboratorio al agente causante de la estomatitis vesicular, un virus caracterizado por su altísima velocidad de mutación. Su sistema experimental les ha permitido examinar la evolución de las variantes del virus, incluso en el caso de que varias de ellas resultaran beneficiosas simultáneamente.

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Los investigadores han podido comprobar así una predicción teórica conocida como interferencia clonal. La idea es la siguiente. Cuando en una especie que se reproduce sexualmente surgen a la vez varias mutaciones beneficiosas, es bastante probable que todas ellas acaben por sumarse al acervo genético del mismo individuo. La razón es que los individuos mutantes de un tipo y otro no siempre compiten entre sí, sino que, ocasionalmente, pueden aparearse y transmitir a su prole las dos mutaciones juntas.

Pero en las especies que se reproducen sin sexo, como el virus utilizado por los científicos de Valencia, dos variantes buenas nunca pueden mezclarse: su única opción es competir una con otra hasta que una gane. Por más beneficiosa que sea una mutación, estará condenada a desaparecer si existe otra mutación ligeramente mejor. Esto es lo que los teóricos llaman interferencia clonal.

Elena y su equipo han comprobado por primera vez este fenómeno gracias al uso de su sistema vírico. Durante sus experimentos, han observado que el virus evoluciona en los cultivos de laboratorio, y que las nuevas variantes, que están mejor adaptadas que los virus originales, surgen tras una competición entre varios mutantes ventajosos en la que sólo uno de ellos acaba por imponerse.

El trabajo ha revelado también un hecho sorprendente. Se supone que los virus de mutación rápida, como el del sida, mantienen su alta variabilidad porque ello les confiere una gran capacidad para adaptarse a ambientes cambiantes, tales como un cuerpo humano que inventa anticuerpos continuamente. El equipo de Valencia, sin embargo, piensa que estos virus mutan mucho porque no tienen sitio en su genoma para procurarse sistemas que corrijan los errores.

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