Un monolito de cristal y sonido unirá las capitales culturales del 2000

Sus creadores dicen que será como "un puente de cristal, luz y sonido" que unirá las nueve ciudades europeas que compartirán en el 2000 la capitalidad europea de la cultura. La obra se llama Kide, que significa vidrio en idioma finés, y consiste en un monolito interactivo de luz y sonido que el próximo día 22 se instalará simultáneamente en Helsinki, la promotora del proyecto, Santiago de Compostela, Aviñón, Bergen, Bolonia, Bruselas, Cracovia, Praga y Reikiavik. La escultura contará con un sistema de monitores que permitirá ver imágenes de cada una de las otras ocho ciudades.La obra fue conce...

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Sus creadores dicen que será como "un puente de cristal, luz y sonido" que unirá las nueve ciudades europeas que compartirán en el 2000 la capitalidad europea de la cultura. La obra se llama Kide, que significa vidrio en idioma finés, y consiste en un monolito interactivo de luz y sonido que el próximo día 22 se instalará simultáneamente en Helsinki, la promotora del proyecto, Santiago de Compostela, Aviñón, Bergen, Bolonia, Bruselas, Cracovia, Praga y Reikiavik. La escultura contará con un sistema de monitores que permitirá ver imágenes de cada una de las otras ocho ciudades.La obra fue concebida por los arquitectos finlandeses Peter Butter, Kari Leppanen y Dujan Jovanovic y nació por casualidad. Un día, en su estudio de Helsinki, se cayó un cristal laminado. "Quedó de una sola pieza", relata Butter, que ayer presentó el proyecto en Santiago, junto a la concejal de Cultura de la ciudad, Teresa García-Sabell, "vimos un montón de grietas que semejaban un delicado equilibrio entre orden y caos. Visto desde un ángulo recto, el cristal era casi transparente, pero desde un ángulo estrecho el efecto brillante y luminoso creaba la impresión del hielo".

Puente simbólico

El accidente les proporcionó la idea para la obra escultórica con la que Helsinki ha pretendido crear ese "puente simbólico" entre las nueve ciudades del norte, centro y sur de Europa que el próximo año compartirán la capitalidad continental de la cultura. El Kide es un cubo de vidrio laminado de cuatro metros de ancho, tres de largo y 2,5 de altura, con una capa central agrietada, que permitirá al espectador experimentar la misma sensación que tuvieron los tres arquitectos cuando se cayó el cristal en su estudio. Según el lugar desde donde sea contemplada o dependiendo de la luz que haya a cada hora del día, la obra se verá totalmente transparente u opaca como el hielo. En cada ciudad, el vidrio será de color diferente, grana en el caso de Santiago, que ha escogido para colocar la obra la plaza de la Inmaculada, entre el monasterio de San Martiño Pinario y una de las entradas a la catedral."El cubo", comenta Butter, "captura la luz de un modo especial, la hace parecer gas. Por eso es como una especie de cristal mágico". Al acercarse a la escultura, ésta emitirá un sonido, cuya intensidad, así como la del color, variará si se coloca la mano en un lugar específico. "No es una melodía", anticipa el arquitecto finlandés, "sino algo parecido al ruido que produce un cristal cuando se quema o a un trozo de hielo puesto al fuego". A unos veinte metros de distancia, habrá una instalación con una cámara y un monitor que, a través de la red de telefonía móvil, permitirá que las nueve ciudades se estén intercambiando imágenes constantemente. Cada uno de los nueve cubos forman parte de la misma obra. Se expondrán en las distintas ciudades hasta diciembre y luego se reunirán en Helsinki, donde, al acoplarlos, todas las tonalidades del espectro crearán de nuevo la luz blanca original.

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