Industria comienza a evaluar los riesgos de las minas abandonadas

El Departamento de Industria iniciará este mes el estudio pormenorizado de las 2.801 explotaciones mineras abandonadas que existen en Euskadi con el objetivo de identificar cuáles pueden entrañar peligros para los ciudadanos en caso de hundimiento de galerías subterráneas, rotura en el caso de las balsas o deslizamiento si se trata de escombreras. La decisión de realizar este estudio se ha visto impulsada por el gigantesco hundimiento de la bóveda de una antigua mina en Gallarta, ocurrido en marzo pasado, que puso de relieve el peligro que representan para la población las numerosas galería...

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El Departamento de Industria iniciará este mes el estudio pormenorizado de las 2.801 explotaciones mineras abandonadas que existen en Euskadi con el objetivo de identificar cuáles pueden entrañar peligros para los ciudadanos en caso de hundimiento de galerías subterráneas, rotura en el caso de las balsas o deslizamiento si se trata de escombreras. La decisión de realizar este estudio se ha visto impulsada por el gigantesco hundimiento de la bóveda de una antigua mina en Gallarta, ocurrido en marzo pasado, que puso de relieve el peligro que representan para la población las numerosas galerías existentes en la Margen Izquierda y en otras zonas de Euskadi. Aunque ya existe algún inventario de instalaciones, el proyecto que ultima el Departamento de Industria junto al Ente Vasco de la Energía (EVE) y una empresa de geotécnica es el primero que incluirá una evaluación contrastada de los riesgos que encierran. Los trabajos de campo encomendados a esta empresa de ingeniería comenzarán este mes de septiembre y concluirán, en su primera fase, dentro de quince meses. El técnico de la Dirección de Minas del Departamento de Industria, Félix Tijero, precisa que lo único que existe en la actualidad son trabajos de campo basados en criterios no contrastados. "Sólo hay primeras aproximaciones. El problema actual se centra en conocer con rigor qué estructuras entrañan riesgos potenciales fundados, no contingencias basadas en una simple observación de campo". Así, durante los primeros días de setiembre el Gobierno, el EVE y la empresa encargada del trabajo establecerán los criterios para cada uno de los tipos de estructura minera que deben tenerse en cuenta a la hora de evaluar posibles riesgos. Los equipos técnicos inspeccionarán cada una de las instalaciones abandonadas y verificarán diversos parámetros de seguridad, en función de que se trate de una mina subterránea, una escombrera, una balsa o una explotación a cielo abierto, explica Félix Tijero. Concluida esta fase del estudio a finales del 2000, se abordará un estudio más detallado de aquellas instalaciones donde se haya detectado algún tipo de peligro. En cualquier caso, si se detecta un riesgo de entidad en cualquiera de ellas, se actuará de inmediato. Determinar la peligrosidad de las viejas explotaciones es una tarea compleja, subraya el técnico de la Dirección de Minas. "En el caso de una balsa minera habrá que comprobar, entre otras cosas, el agua y los lodos que contiene, el estado del dique, su ubicación, etc.", añade. PASA A LA PÁGINA 3

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