Gran versión del 'Réquiem' de Verdi
Santander ha traído de nuevo a su festival el Réquiem, de Verdi, esa formidable explosión de latinidad religiosa. Cuenta entre nosotros con grandes intérpretes, como el director Víctor Pablo Pérez, la Sociedad Coral de Bilbao -que dirige Gorka Sierra y que ha vuelto al nivel y el protagonismo de sus mejores días- y la espléndida Orquesta Sinfónica de Tenerife -obra y permanencia de Víctor Pablo.Cada vez que asistimos a una nueva actuación del maestro burgalés, recibimos la impresión de una maduración progresiva de su talento y su saber. No es Víctor Pablo un hombre impasible, sino más bien apa...
Santander ha traído de nuevo a su festival el Réquiem, de Verdi, esa formidable explosión de latinidad religiosa. Cuenta entre nosotros con grandes intérpretes, como el director Víctor Pablo Pérez, la Sociedad Coral de Bilbao -que dirige Gorka Sierra y que ha vuelto al nivel y el protagonismo de sus mejores días- y la espléndida Orquesta Sinfónica de Tenerife -obra y permanencia de Víctor Pablo.Cada vez que asistimos a una nueva actuación del maestro burgalés, recibimos la impresión de una maduración progresiva de su talento y su saber. No es Víctor Pablo un hombre impasible, sino más bien apasionado, pero sí una persona y un artista sin prisas y sin pausas, seguro y consciente de su proyecto biográfico, hasta conseguir triunfos como el del sábado.
El Réquiem es una obra grandiosa, de sutil y fuerte arquitectura, poblada a su vez por intensos "espacios místicos", y que alterna el más encendido dramatismo con la mayor concentración. Precisa de un notable cuarteto solista, y esta vez lo tuvimos con la soprano de Bari Amelia Felle, la contralto rusa Larissa Diadkova -una de esas voces graves espléndidas que nos llegan del este-, el tenor palermitano Vincenzo la Scola -de voz hermosa y estilo que evoca el de su maestro Bergonzi-. Y, en fin, el ya familiar y siempre magistral bajo americano Simon Estes. Las potentes individualidades de estos divos fueron integradas por el maestro en su concepción global, lo mismo que la coral y la orquesta tinerfeña. Víctor Pablo y sus colaboradores hicieron versión y, sobre las ovaciones recibidas, clavaron en nuestra memoria un nuevo y precioso recuerdo. A todos les debemos gratitud, sin olvidar a Verdi, cuya Misa de Réquiem debería ser declarada Patrimonio de la Humanidad, por cuanto la ha enriquecido sin límites en el espacio y en el tiempo.
Pueden estar satisfechos y hasta orgullosos cuantos proyectan y rigen el festival santanderino, con su director, José Luis Ocejo, en cabeza.