Atrapada entre las placas de África y Eurasia

La península de Anatolia se halla en la zona de colisión de dos fallas que seguirán produciendo daño

Hay áreas geográficas en el planeta que se ven afectadas una y otra vez por terremotos ¿Qué es lo que hace que ciertas regiones sean más susceptibles que otras de ser devastadas por seísmos destructivos? La estructura geológica. La capa más superficial de la Tierra, la litosfera (con un grosor medio de 100 kilómetros que varía entre 50 y 350 kilómetros) está constituida por un conjunto de placas y microplacas que se comportan básicamente de forma rígida y que se desplazan sobre la llamada astenosfera.La dinámica interna de la Tierra hace que las placas se muevan y que los límites entre ellas t...

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Hay áreas geográficas en el planeta que se ven afectadas una y otra vez por terremotos ¿Qué es lo que hace que ciertas regiones sean más susceptibles que otras de ser devastadas por seísmos destructivos? La estructura geológica. La capa más superficial de la Tierra, la litosfera (con un grosor medio de 100 kilómetros que varía entre 50 y 350 kilómetros) está constituida por un conjunto de placas y microplacas que se comportan básicamente de forma rígida y que se desplazan sobre la llamada astenosfera.La dinámica interna de la Tierra hace que las placas se muevan y que los límites entre ellas tiendan a separarse o a aproximarse (converger). Las áreas de la corteza terrestre en que se acumulan esfuerzos relacionados con el movimiento y deformación de placas, especialmente las ligadas a su convergencia, suelen ser zonas de concentración de terremotos, como los Andes, el Himalaya o California.

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Son bien conocidas las áreas del planeta con probabilidad de ser sacudidas por seísmos. Turquía es una de las áreas que, con frecuencia, sufre terremotos que causan grandes daños materiales y humanos. Esto es debido a su contexto geológico, ya que se encuentra entre dos grandes placas que tienden a aproximarse, o a converger, con un movimiento relativo de África empujando hacia el Norte, hacia Eurasia.

En medio de estas dos grandes placas convergentes existen otros bloques o microplacas. Su desplazamiento puede diferir del observado para las macroplacas ya que viene controlado por la situación de esfuerzos concreta a que se vea sometido el bloque. Turquía está en uno de esos bloques y, según revelan estudios sobre la zona, su desplazamiento actual es hacia el Oeste.

Los movimientos de fallas generan terremotos (o maremotos o tsunamis si es en el mar). Al producirse estos movimientos se libera energía que da lugar a las ondas sísmicas, cuya propagación por la superficie provoca las sacudidas. Hay dos fallas importantes ligadas al desplazamiento hacia el Oeste en Turquía, denominadas falla Norte de Anatolia y falla Este de Anatolia. El contacto y el movimiento a lo largo de estas dos fallas es de desgarre, como la de San Andrés que da lugar a importantes terremotos en California. El desplazamiento de los bloques a ambos lados de la falla es básicamente horizontal.

La localización realizada por diferentes observatorios del terremoto de Izmit, indica que el seísmo estaría asociado a la falla Norte de Anatolia. Según el análisis de los datos recogidos en los observatorios sismológicos, el foco del terremoto se encontraba a poca profundidad, a unos 10 kilómetros, y por ello ha resultado más violento que si hubiera estado localizado a mayor profundidad. Diferentes observatorios han evaluado la magnitud del seísmo, entre 6,4 y 7,8 de la escala de Richter. Las últimas estimaciones lo sitúan en torno a 7, pero hace falta recopilar y analizar más datos para poder determinar con exactitud la magnitud. Los movimientos ligados a la falla Norte de Anatolia han dado lugar en las últimas décadas a numerosos terremotos, algunos de ellos también de efectos devastadores.

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Aunque el por qué de los terremotos puede entenderse si se conoce la estructura de la Tierra, el cuándo es hoy por hoy impredecible. No obstante, el reconocimiento con avanzadas técnicas geofísicas de las áreas sísmicas permitirá avanzar en este enigma. El consorcio internacional Ocean Drilling Programe, en el que participamos investigadores españoles, realiza sondeos mediante perforaciones en zonas tectónicamente activas como la de convergencia entre las placas Africana y Euroasiática en el Mediteráneo oriental.

En algunas de esas zonas, tras las perforaciones se están colocando instrumentos de medida en el subsuelo para hacer un seguimiento continuo de la actividad y los fenómenos asociados a los terremotos y así conocer mejor su evolución.

María José Jurado es investigadora del Instituto de Ciencias de la Tierra Jaume Almera (CSIC) en Barcelona .

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