Villaronga regresa al cine de autor con "El mar", interpretado por Ángela Molina

Tras dos películas de encargo, el director Agustí Villaronga ha conseguido tirar adelante un proyecto largamente codiciado: la adaptación para la pantalla grande de El mar, novela del escritor mallorquín Blai Bonet. Villaronga considera que con ésta ha regresado a un mundo propio, el que asomó en sus dos primeras películas, Tras el cristal (1985) y El niño de la luna (1988). El mar, que cuenta con la colaboración especial de Ángela Molina y Simón Andreu, "es una historia que habla de sentimientos muy básicos como el amor, la amistad, la traición y el miedo a morir", explica el director. El pro...

Tras dos películas de encargo, el director Agustí Villaronga ha conseguido tirar adelante un proyecto largamente codiciado: la adaptación para la pantalla grande de El mar, novela del escritor mallorquín Blai Bonet. Villaronga considera que con ésta ha regresado a un mundo propio, el que asomó en sus dos primeras películas, Tras el cristal (1985) y El niño de la luna (1988). El mar, que cuenta con la colaboración especial de Ángela Molina y Simón Andreu, "es una historia que habla de sentimientos muy básicos como el amor, la amistad, la traición y el miedo a morir", explica el director. El proyecto peligró: la productora de Pedro Almodóvar se retiró por considerarlo demasiado arriesgado. Ahora, sin embargo, ya está en la última semana de rodaje en un viejo sanatorio para tuberculosos de Terrassa (Barcelona). La producción de Massa d"Or, un crédito del Institut Català de Finances, una ayuda del Gobierno Balear, la participación de TV-3 y Televisión Española, y la distribución de Lauren Films y Paolo Branco han permitido a Villaronga contar con un presupuesto de 255 millones de pesetas.El guión, firmado por él mismo y por Toni Aloy y Biel Mesquida, fue supervisado por Bonet poco antes de morir: "Él afinó y precisó el lenguaje", recuerda Villaronga. La trama se sitúa en la Mallorca de 1948. En plena posguerra, un grupo de adolescentes -Bruno Bergonzini, Roger Casamajor y Antònia Torrens- se encuentra en un sanatorio. Allí, con el aliento de la muerte rozándoles la espalda, se enfrentan con un pasado lleno de experiencias traumáticas y con un presente no menos conflictivo en el que descubren sus inclinaciones sexuales.