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La selección de piezas que ofrece el confitero tolosarra José María Gorrotxategi en su museo es en un 95% de origen vasco. Buena parte de ellas proceden de la empresa familiar, instalada desde el siglo XVII, mientras que otras las ha adquirido una vez abierto el museo en pueblos de Euskadi, el resto de España y en sus viajes al extranjero. Gorrotxategi pone especial énfasis en explicar a los visitantes la singularidad estética de las piezas vascas: "En todos los lugares el molido, el tostado o la elaboración de helados y mantequillas son similares. No hay ningún misterio, pero en el País Vas...

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La selección de piezas que ofrece el confitero tolosarra José María Gorrotxategi en su museo es en un 95% de origen vasco. Buena parte de ellas proceden de la empresa familiar, instalada desde el siglo XVII, mientras que otras las ha adquirido una vez abierto el museo en pueblos de Euskadi, el resto de España y en sus viajes al extranjero. Gorrotxategi pone especial énfasis en explicar a los visitantes la singularidad estética de las piezas vascas: "En todos los lugares el molido, el tostado o la elaboración de helados y mantequillas son similares. No hay ningún misterio, pero en el País Vasco las herramientas y los aperos tienen su singularidad". Así lo explica en las diferencias entre los cirios que se elaboraban en el País Vasco y en Valencia para las grandes celebraciones, en las peculiaridades de los morteros de cacao o en las distintas características entre los graneros góticos aragoneses y vascos. Pero las piezas del coleccionista Gorrotxategi no se quedan en las que ofrece en su espacio de la calle Letxuga de Tolosa. Cuenta con otros cinco almacenes que están repletos de instrumentos y dec maquinaria que le gustaría poder exhibir algún día. Y ahí anda, a la espera de la colaboración institucional para poder concluir su proyecto. La oferta adicional que se ofrece en estos días en el Museo de Confitería de Tolosa viene de la mano de la iniciativa Okupgraf 99, de Arteleku, relacionada con las artes gráficas. a la que se ha sumado también Gorrotxategi. Así, además de las etiquetas que ha venido utilizando la casa, se muestran facturas de principios de siglo, recetarios, billetes de lotería y documentos, algunos de valor histórico. Es un aliciente más para visitar este peculiar centro que tiene su continuación en la tienda familiar, donde se pueden degustar las tradicionales tejas y cigarrillos, las delicias de Tolosa, xaxu o las 24 variedades de turrón de este confitero que en una ocasión satisfizo el paladar del exigente Camilo José Cela con un dulce de alubias de su pueblo.

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