Bruselas aprueba los acuerdos de la alianza entre el BSCH y el grupo Champalimaud

La Comisión Europea dio ayer un paso decisivo en la resolución del caso Champalimaud, que se encamina hacia una ardua batalla jurídica. Bruselas ha dado el visto bueno a los acuerdos entre el BSCH y el grupo portugués por entender que no son contrarios a la libre competencia. Pese a ello, la alianza sigue en suspenso hasta que pasen los tres meses que se ha dado el Gobierno portugués para estudiar los efectos de la entrada del BSCH. Cuando acabe esta cuenta atrás, los tribunales tendrán la última palabra.

El Ministerio de Finanzas portugués no quiso comentar ayer oficialmente la decisió...

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La Comisión Europea dio ayer un paso decisivo en la resolución del caso Champalimaud, que se encamina hacia una ardua batalla jurídica. Bruselas ha dado el visto bueno a los acuerdos entre el BSCH y el grupo portugués por entender que no son contrarios a la libre competencia. Pese a ello, la alianza sigue en suspenso hasta que pasen los tres meses que se ha dado el Gobierno portugués para estudiar los efectos de la entrada del BSCH. Cuando acabe esta cuenta atrás, los tribunales tendrán la última palabra.

El Ministerio de Finanzas portugués no quiso comentar ayer oficialmente la decisión del comisario europeo de la Competencia, Karel van Miert, si bien fuentes del departamento reiteraron que el Gobierno de Lisboa mantendrá el veto al acuerdo y lo defenderá ante el Tribunal de Justicia Europeo.Las autoridades portuguesas disponen ahora de un nuevo plazo, hasta mediados de septiembre, para acatar la decisión o convencer a la CE de que la alianza viola las reglas prudenciales sobre la competencia. A partir ahí, la CE podría decidir la anulación definitiva del veto y el envío del caso al Tribunal Europeo. Asimismo, los responsables del Ministerio de Finanzas tienen de plazo hasta el día 20 de agosto para responder al comisario del Mercado Interno, Mario Monti, sobre el expediente abierto a Lisboa por la supuesta violación del derecho de establecimiento y libertad de movimiento de capitales en el caso BSCH-Champalimaud.

Concentración

"La Comisión Europea considera que el acuerdo relativo al intercambio de acciones concluido entre el BSCH y el señor António Champalimaud el 9 de junio de 1999, y el acuerdo de accionistas firmado el 11 de junio de 1999 otorgando el control conjunto sobre el grupo de sociedades financieras del señor Champalimaud, constituye una operación de concentración que, a la vista de la cifra de negocios de los dos grupos concernidos, reviste una dimensión comunitaria, y es, en consecuencia, competencia exclusiva de la Comisión", señala el comunicado emitido ayer por Bruselas. Con ese enunciado, la Comisión rechaza la primera objeción portuguesa, ya que el Gobierno que preside António Guterres sostiene que la operación es un intercambio de acciones, pero no una concentración, por lo que, a su juicio, debe ser dirimida por las autoridades locales y no por las comunitarias."La operación", añade Bruselas, "es compatible con las reglas de la competencia de la Unión Europea porque no crea una posición dominante". "En efecto, las dos empresas no ostentan, entre ambas, una parte superior al 20% del mercado bancario y del mercado de seguros de Portugal, en el que están presentes", explica la Comisión. "Ese elemento, así como la potencia de los competidores y el carácter limitado de los obstáculos a la entrada en los mercados, garantiza que la operación no planteará problemas desde el punto de vista de la competencia", concluye.

Efecto directo

La decisión de Bruselas era esperada y no altera la situación a corto plazo. La Comisión Europea recordó ayer su decisión de 20 de julio por la que suspendió las medidas adoptadas por las autoridades portuguesas, y enfatizó que su decisión de ayer, "que tiene un efecto directo e inmediato, aunque no haya sido acatado por las autoridades portuguesas, puede ser invocado ante los tribunales portugueses". El acuerdo BSCH-Champalimaud ya es legal a efectos comunitarios, pese a que todavía no se pueda poner en práctica. Será a mediados de septiembre cuando empiece de verdad la batalla que enfrenta a Lisboa y Bruselas, con el BSCH y Champalimaud como rehenes. Será entonces cuando, si Lisboa no acata el dictamen de Bruselas, la Comisión tenga que decidir si anula la orden dictada en junio por Lisboa desautorizando la operación, y que Bruselas ha suspendido pero no anulado. Será entonces también, si todo sigue igual, cuando Bruselas abra un procedimiento de infracción contra Portugal si sigue poniendo obstáculos a la entrada del BSCH.

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