Maragall aboga por el respeto a la diversidad y la "lealtad federal"

El respeto a la diversidad y la "lealtad federal", como sucede en Alemania, son los dos lemas que deberían presidir las relaciones entre Cataluña y el Gobierno central. Así lo propugnó Pasqual Maragall, candidato socialista a la Presidencia de la Generalitat catalana, en un encuentro organizado ayer en Bruselas por el Círculo de Empresarios. Maragall visitó también al secretario general de la OTAN, Javier Solana, y a destacados funcionarios de la Unión Europea. "No sería bueno que Cataluña afrontase el año 2000 sobre la base de la desconfianza como ha sucedido hasta ahora", dijo Maragall a lo...

El respeto a la diversidad y la "lealtad federal", como sucede en Alemania, son los dos lemas que deberían presidir las relaciones entre Cataluña y el Gobierno central. Así lo propugnó Pasqual Maragall, candidato socialista a la Presidencia de la Generalitat catalana, en un encuentro organizado ayer en Bruselas por el Círculo de Empresarios. Maragall visitó también al secretario general de la OTAN, Javier Solana, y a destacados funcionarios de la Unión Europea. "No sería bueno que Cataluña afrontase el año 2000 sobre la base de la desconfianza como ha sucedido hasta ahora", dijo Maragall a los empresarios. "Lo que conviene a España es una Cataluña fuerte, segura, tranquila, sensata y ambiciosa", sostuvo, mientras que "España debe hacer de la diversidad su riqueza y no su problema".

La tesis es que la diversidad no debe entenderse sólo como "complejidad" añadida a corto plazo, sino como "ventaja" potencial a largo, algo que deberían entender también las multinacionales, alertó.

El ex alcalde de Barcelona evaluó su encuentro con el presidente de Andalucía, el también socialista, Manuel Chaves, como un síntoma de que el "mensaje federal va calando", algo posible en España porque la Constitución permite una lectura de profundización autonómica. Y Europa "lo verá bien", aseguró.

Su argumento es que la devolution -el estatuto de autonomía, con Parlamento, para Escocia- ha sido posible porque el Reino Unido ha abandonado sus temores a la descentralización.