El IVIA prueba el riego localizado en viñedos de Utiel-Requena

El Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA) estudiará la aplicación del riego localizado en una nueva variedad de uva en la zona de Utiel-Requena (Valencia), con la intención de evaluar la cantidad mínima de agua necesaria para mantener la regularidad en la producción y calidad del vino, según explicó el jefe del servicio de Tecnología de Riego de la Consejería de Agricultura, Pedro Ferrer. La partida experimental que el IVIA tiene cerca de Requena estudia la aplicación del riego por goteo de la variedad bobal -que supone más del 90% de la viticultura de la zona- mientras que el...

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El Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA) estudiará la aplicación del riego localizado en una nueva variedad de uva en la zona de Utiel-Requena (Valencia), con la intención de evaluar la cantidad mínima de agua necesaria para mantener la regularidad en la producción y calidad del vino, según explicó el jefe del servicio de Tecnología de Riego de la Consejería de Agricultura, Pedro Ferrer. La partida experimental que el IVIA tiene cerca de Requena estudia la aplicación del riego por goteo de la variedad bobal -que supone más del 90% de la viticultura de la zona- mientras que el nuevo campo experimental, que iniciará su actividad la próxima campaña, se centrará en los efectos de este sistema sobre el tempranillo. Respecto al proyecto de Requena, que está en su segundo año de funcionamiento, Ferrer señaló que aún no se han podido "evaluar los resultados, dada la escasa producción de uva de la primera cosecha, que se vio afectada por la polilla", aunque insistió en la necesidad de seguir con la iniciativa, "motivada por la implantación en la zona de riego localizado, sin experiencia anterior, lo que supone un riesgo, ya que si se aplica más agua de la necesaria, puede bajar la calidad de uva, llegando al extremo de que ni siquiera se pueda obtener vino". En este sentido, el técnico de la Asociación Valenciana de Agricultores Jaime Barber manifestó que el riego localizado se aplica por la falta de precipitaciones, aunque el objetivo es "mantener la misma calidad en el vino que si no hubiera habido sequía". Pero el uso indiscriminado del agua puede tener efectos negativos, como "la bajada de graduación y color del vino, el retraso de la maduración de la uva y la consiguiente bajada de calidad".

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